CROACIA: Kalinic; Vrsalijko, Vida, Lovren, Jedvaj; Brozovic, Rakitic (Min. 67, Vlasic), Modric; Perisic, Rebic (Min. 73, Brekalo); y Kramaric (Min. 89, Pjaca).

ESPAÑA: De Gea; Sergi Roberto, Sergio Ramos, Íñigo Martínez, Jordi Alba; Busquets, Saúl (Min. 74, Suso), Ceballos; Isco, Rodrigo (Min. 61, Marco Asensio) e Iago Aspas (Min. 64, Morata).

Goles: 1-0: Min. 54; Kramaric. 1-1: Min. 56; Ceballos. 2-1: Min. 69; Jedvaj. 2-2: Min. 78; Ramos, de penalti. 3-2: Min. 92; Jedvaj.

Árbitro: Alexey Kulbakov (Bielorrusia). Amonestó a Rebic y Perisick, por Croacia, y a Busquets y Ceballos, por España.

Incidencias: Maksimir, ante 36.000 espectadores.

Zagreb - El orgullo de una Croacia luchadora y agresiva tumbó a España en Zagreb y la dejó rezando en casa por un empate en Wembley entre Inglaterra y la escuadra balcánica en la última jornada que le de el pase a la fase final de la Liga de las Naciones que no se ganó en el campo, condicionada por tres errores individuales, dos graves de David de Gea. El todo o nada representaba un examen a la madurez de la España de Luis Enrique. Su inmaculado camino se torció cuando menos esperaba, frente a Inglaterra en Sevilla, víctima de graves errores y una mitad de total desconexión que costó cara. Provocó jugarse todo en casa de la subcampeona del mundo, una Croacia herida por seis goles que fueron puñales a un grupo exhausto tras el éxito mundialista.

Apostó Luis Enrique por Sergi Roberto en el lateral derecho, el cuarto lateral en cinco partidos en una demarcación que añora a Carvajal. Llegaba de hacer aguas ante el Betis y Perisic lo buscó con descaro. Le cogió la espalda a los seis minutos y su disparo, seco y a ras de césped, lo repelía la madera en el primer aviso croata. España sufría con los balones en largo y el fútbol directo de Croacia, que situó alto el nivel de la agresividad, al límite del reglamento. Perisic incidía por la izquierda y su disparo se convertía en centro al que no llegaba Kramaric por milímetros ante la locura en una grada que apretaba. España necesitaba el balón para respirar y cuando lo tuvo fue adelantando metros mientras recuperaba confianza. Aparecía Ceballos, las subidas de Jordi Alba en su regreso y dos disparos en los últimos segundos del primer acto, de Saúl e Isco, para avisar de que lo que vendría nada tendría que ver.

Porque la segunda parte entre dos selecciones a las que solo les valía ganar dejó un duelo de intercambio de golpes y goles. Cuando mejor estaban los de Luis Enrique golpeaba una Croacia que castigó cada error. Lo cometió Sergi Roberto en la salida de balón, con el equipo abierto y dejando solo a Kramaric, que definía abajo engañando con el cuerpo a De Gea. La personalidad se demostraría en una olla a presión cuando segundos después llegaba el empate. Aspas engañaba a todos con su pase filtrado a Isco, caído a la zona izquierda y asistiendo un regalo a Ceballos que marcaba a placer.

España daba un paso al frente para dominar. Le ponía criterio a su juego y aumentaba una marcha su velocidad. Luis Enrique apostaba por Marco Asensio y el travesaño repelía el intento de Aspas tras un balón muerto dentro del área.

Fue cuando llegó el primer error de un De Gea que no aprovecha su altura y envergadura en las salidas. Un córner en corto acabó en centro de Modric al segundo palo, donde solo y a placer remataba a la red Jedvaj, el héroe inesperado de la noche en Zagreb. Dentro del área chica, donde el portero debe dar un paso al frente y adueñarse de ella, David dio el paso atrás. Los nubarrones del Mundial regresaban de golpe sobre su cabeza.

Se desquitaba ante Kramaric cuando España, volcada por la remontada, dejaba metros que devoraba Croacia al contragolpe. El 9 corrió sin oposición. Tanto que cuando llegó ante De Gea se le nubló la mente y no fue capaz de superarle. La vida extra la aprovecharía la selección española, que creyó hasta el final incluso con los tiros en el pie que se dio. Morata no acertaba a rematar un balón llovido del cielo tras una buena parada de Kalinic. Vrsaljko sacaba bajo palos el tímido cabezazo. Minutos después rechazaba con la mano una acción ofensiva. El claro penalti lo transformaba Sergio Ramos con seguridad.

Restaban doce minutos para ganarse el pase y Asensio disponía de la última, en una carrera con disparo arriba. El resto fue una exhibición de casta croata, que acabó encerrando a su rival y encontrando el premio en el tiempo añadido. Un disparo cruzado se alió con la desconfianza de De Gea, que dejaba en el rechace muerto una invitación a Jedvaj para convertirse en héroe. El grupo se decidirá en Wembley entre Inglaterra y Croacia. El que gane estará en la fase final. Si empatan la beneficiada será una España que vuelve a las dudas.