madrid - Tan solo cuatro puntos separan al Barcelona, líder, del Real Madrid, sexto, todo un reflejo de una liga española abierta, imprevisible, de hecho la más equilibrada del siglo XXI. De hecho, no había una diferencia tan corta desde el curso 1998-99, cuando el Mallorca, tras caer en San Mamés en la duodécima jornada, mandaba en la tabla con 22 puntos, tan solo tres más que el Barcelona.

El conjunto balear había ganado seis partidos, empatado cuatro y perdido dos. El de Valverde ha vencido siete, igualado tres y caído en dos. En aquella edición liguera el Barça se acabó proclamando campeón con 79 puntos, nueve más que el Real Madrid, y el Mallorca terminó tercero con 66 por delante del Valencia (65).

Los 24 puntos que suma actualmente el Barcelona es la cifra más baja de un líder de la Liga española desde los 23 puntos que tenía el Deportivo en la campaña 2001-02. Entonces el cuadro blanquiazul tenía cinco puntos de ventaja sobre el Celta, sexto. Se proclamó campeón dicha temporada el Valencia con 75 puntos, por delante del Deportivo (68), el Real Madrid (66) y el Barcelona (64).

Aunque se trata solo del primer tercio liguero y por lo tanto cuando aún faltan 26 jornadas por disputarse da la impresión de que se abre un panorama de más competitividad y que los clubes que han luchado por el título (y han ganado) en los últimos catorce años, Barça, Real Madrid y Atlético, tendrán más dificultades.

Se entiende que el rendimiento de los tres es muy inferior a campañas precedentes. Otros, en cambio, apuestan por una mejoría de LaLiga por el progreso de sus rivales.

Numéricamente, el Barça tan solo ha ganado el 58,3 por ciento de sus partidos y el Atlético y el Real Madrid el 50 por ciento, tras pasar los tres por malos momentos y dejar al descubierto importantes dudas en cuanto a rendimiento y resultados. Eso permite que equipos como el Sevilla, que también tuvo un arranque de campaña dubitativo pero que reaccionó cuando sus hombres comenzaron a asimilar los conceptos de su técnico Pablo Machín, y como las revelaciones del Alavés y el Espanyol estén metidos de lleno en los puestos de privilegio.

Ahora, tras el parón, se reanudará una liga en la que hace falta saber si se mantendrá esta tendencia de equilibrio, si las alternativas mantienen el ritmo o si los grandes dejan de tropezar y dan el estirón.

Ceses y decepciones Cumplido el primer tercio liguero, Sevilla, Real Madrid y Barcelona han sido los equipos que han mandado en la tabla y de momento han caído tres entrenadores. Leo Franco, con el recién ascendido Huesca; Julen Lopetegui, en el Real Madrid, y Antonio Mohamed, cesado ayer en el Celta. El argentino, apuesta del club maño en su estreno en Primera, fue destituido tras la octava jornada con el equipo en el último puesto que aún no ha abandonado. El vasco, que tuvo que dejar la selección española justo antes del Mundial de Rusia al aceptar el ofrecimiento del Real Madrid, no llegó a Halloween, al ser destituido tras encajar un 5-1 en el Camp Nou en la décima jornada, que dejaba al equipo blanco noveno a siete puntos del Barcelona.

Dos equipos europeos, como Valencia y Villarreal, y otro con aspiraciones, el Athletic, se han convertido en las principales decepciones del inicio de campaña. El Valencia de Marcelino, al menos, encontró oxígeno esta última jornada en Getafe con el gol de penalti de Dani Parejo. Sobre el Villarreal, su técnico Javier Calleja lleva mucho tiempo en el alambre y los leones flirtean con el descenso.