bilbao - “Hay posibilidad de que salga de inicio, que esté en el banquillo y que salga después, o que se quede todo el partido en el banquillo”. Así explicó Ernesto Valverde la situación de Lionel Messi, que viajó con la expedición del Barça a Milán para enfrentarse esta noche al Inter, un partido que puede sellar matemáticamente el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones con el empate, y como primero de grupo si consigue la victoria. Si añadimos que el técnico extremeño no quiere “correr ningún riesgo” con su genio, se puede concluir que Messi viajó a Milán sobre todo para hacer grupo e intimidar al equipo de Spaletti, porque tampoco son vitales los puntos en juego.

Messi se lesionó en el partido ante el Sevilla (4-2), disputado el 20 de octubre, y sufrió una fractura del radio del brazo derecho, con un pronóstico de tres semanas de baja. Apenas han pasado dos y ya tiene el alta médica. Se perdió cuatro encuentros, pero el Barça estuvo implacable. Ganó al Inter (2-0), Real Madrid (5-1), Leonesa en Copa (0-1) y al Rayo Vallecano (2-3), el pasado sábado.

El Inter también recupera a su director de juego, el belga Radja Nainggolan, tras superar una lesión de tobillo, y la expectación es tan grande allí que el club lombardo calcula que recaudará 5,8 millones de euros por entradas, lo que supondrá un récord en Italia para un partido de Champions.

Valverde se ha llevado a Milán 22 jugadores, todos los disponibles salvo los lesionados Umtiti, Vermaelen y Samper, y es probable que refuerce el centro del campo con Arturo Vidal en detrimento de Rafinha, e incluso que dé descanso a Coutinho y otra oportunidad a Dembélé, que formaría pareja de ataque con Luis Suárez.

En Milán se recuerda que el Barça no gana en San Siro desde 1959, cuando derrotó al Inter en la vuelta de los cuartos de final de la Copa de Ferias (2-4). Ahora, el Inter espera al Barça en forma tras encadenar siete victorias consecutivas en la Serie A, la última con un rotundo 5-0 al Génova y con los jugadores menos habituales. La victoria y el empate entre el Tottenham y el PSV darían al Inter el pase matemático a los octavos.

Revancha en el Wanda El Atlético de Madrid recibe en el Wanda Metropolitano al Borussia Dortmund, que en la anterior jornada infligió al equipo colchonero la derrota más abultada de la era Simeone (4-0), con lo cual el partido adquiere un sesgo de revancha, aunque lo principal es ganar los puntos para asegurar los octavos. El año pasado el Atlético no pasó la fase de grupos y la final del gran torneo es en el Metropolitano.

Las cinco bajas con las que cuenta Diego Pablo Simeone (Koke, Diego Costa, Godín, Lemar y Savic) son un serio contratiempo para el técnico argentino, que ayer tuvo ante los periodistas una disquisición sobre si ha cambiado su estilo y si ese cambio no le está sentando bien al grupo. “Hay un montón de formas de poder ganar”, dijo, añadió que “hay que elegir una” y enfatizó que “en estos siete años, mucho no se ha equivocado”, asumiendo el buen ojo y su valor en los éxitos del Atlético.

Simeone volvió a elogiar a su rival, “uno de los mejores equipos de Europa que está jugando un fútbol espectacular”, dijo del líder de la Bundesliga. Un Borussia que en la competición europea, lejos del Signal Iduna Park, baja sus prestaciones y sólo ha vencido en uno de sus últimos nueve encuentros a domicilio.