bilbao - El Real Madrid se enfrenta hoy al Deportivo Alavés en el Santiago Bernabéu, pero como suele pasar cuando llega un modesto el encuentro en sí pasa a un segundo plano, sobre todo si una de las estrellas del equipo blanco, fichada por un dineral para relevar a Cristiano Ronaldo, ejerce un papel secundario, pero Gareth Bale no ha terminado de adaptarse, no habla castellano después de varios años en Madrid y las lesiones han terminado por cercenar su carrera. Varios medios de comunicación madrileños ya daban por hecho que el club buscará una salida para el delantero galés el próximo verano, aunque ayer el técnico Zinedine Zidane terminó reconociendo la fragilidad a causa de su problemas físicos.
Zidane aportó algo más de luz a la suplencia de Gareth Bale en tres de los últimos cuatro partidos de su equipo y dejó entrever que tiene problemas físicos que le impiden estar al cien por ciento. El técnico reconoció que por detrás de sus alineaciones pasan cosas que no se ven ni se conocen en el día, que provocan suplencias como la actual de Bale.
“Lo que intentamos con Gareth es que entrene bien, que esté metido y le quiero ver al cien por cien, no le quiero perder otra vez”, aseguró.
Terminó comparando Zidane la situación que se podía producir con Bale si jugase varios partidos a la semana con las lesiones sufridas por jugadores como Marcelo, Toni Kroos o Luka Modric tras el desgaste del PSG. “Ojalá no se rompa Gareth, pero tiene que estar bien para jugar todos los partidos, porque jugamos cada tres días y hay que estar siempre atentos con todos los jugadores”, dijo.
Zinedine Zidane también desveló que le pidió perdón a Dani Ceballos por haberle sacado los últimos 29 segundos del partido en Butarque en Leganés, con el encuentro sentenciado, y aseguró que “tiene que seguir peleando” para tener más minutos.
“Me supo mal y lo siento mucho, se lo he dicho”, reconoció Zidane cuando fue preguntado por el cambio de Ceballos en Butarque, para jugar unos segundos en un partido sentenciado, sin tener opción si quiera de tocar el balón.
La situación provocó un gran enfado en el medio andaluz, que abandonó Butarque con la capucha del abrigo puesta y cara de pocos amigos. Zidane intentó explicar que no fue un acto voluntario ni de castigo hacia su jugador. “No me gusta sacar a un jugador 30 segundos para nada. Pasó pero estoy encantado con él porque es un tipo encantador. Es joven, tiene que aprender. Recuerdo que en el partido de ida ante el Alavés marcó dos goles”, recordó, dejando entrever que puede jugar ante el Glorioso.