ESTE vestuario tiene alma y transmite muchas cosas. Estoy seguro de que nos salvaremos”. Pablo Turrillas (Deba, 18-XII-1963) no contempla otro panorama que el de la salvación del Sestao River, que, tras 17 jornadas disputadas, ocupa el penúltimo puesto de la tabla con solo doce puntos. Pese a ello, Turrillas niega que el equipo esté ya sentenciado y promete lucha: “Hay vestuarios que se hunden, que se meten en una dinámica negativa y se ven incapaces de ganar a nadie. Pero este equipo está muy vivo, tiene ganas de pelear y de darle la vuelta a la situación. Tiene alma y está convencido de que saldrá de ahí”.

En los tres encuentros que el técnico guipuzcoano ha dirigido al River se han visto cambios a mejor con respecto a lo visto en las catorce anteriores con el dimitido Jon González en el banquillo. Sin embargo, de momento solo se ha podido ganar uno de esos tres partidos; tres puntos -ante el Amorebieta- que apenas han servido para evitar ocupar el farolillo rojo. Turrillas reclama paciencia ante unos resultados que “llegarán”: “A estas alturas ya no valen las buenas sensaciones sino conseguir victorias, pero estoy seguro de que iremos para arriba y de que hay mimbres para ello”.

Al ser preguntado sobre la cantidad de partidos y de puntos que los verdinegros están obligados a lograr antes de final de la temporada si quieren salvar la categoría, el técnico se muestra pragmático: “Más que nunca hay que ir partido a partido y preocuparnos solo por el Leioa. Les he comentado a los jugadores que es absurdo preocuparnos de la cantidad de partidos que hay que ganar. Si solo pensamos en eso, estamos perdidos”.

En ese sentido piensa el técnico de Deba que Las Llanas jugará un importante papel en la lucha del equipo por alcanzar la salvación. “Es una afición a la que no podemos poner ni un pero. Da igual la situación en la que esté el equipo; el otro día estuvieron en Gernika apretando hasta el final y solo se lo podemos agradecer dándoles victorias y haciendo que, ganemos o perdamos, se vayan del campo orgullosos de su equipo”. La próxima cita en la carrera contra el tiempo del conjunto de Pablo Turrillas será mañana a las 17:30 contra el Leioa. “Conozco a su entrenador, Igor Gordobil, guipuzcoano como yo. Es un rival peligroso, con pegada, muy trabajado y muy ordenado, que ha empezado muy fuerte y que está haciendo las cosas muy bien, pero saldremos a morder desde el principio”. El nuevo entrenador verdinegro cree que a su equipo no le queda “otra opción” que hacer de su campo un fortín para ir sumando puntos.

En cualquier caso, siempre relativizando, el míster verdinegro apela a la igualdad reinante en la clasificación y pone como ejemplo al Gernika de Jabi Luaces. “Todos los equipos están apretados. Una racha buena, como la que está teniendo el Gernika, puede hacer que el equipo esté más cerca del play-off que del descenso, donde estaba hace un mes”.

“oportunidad de oro” Turrillas dejó el Lagun Onak para incorporarse al Sestao River tras la dimisión de Jon González. Dejó al conjunto de Azpeitia en la sexta posición después de jugar la fase de ascenso la pasada temporada. Confiesa que le sorprendió la llamada del River. “Hay muchos entrenadores en Bizkaia y además con experiencia en Segunda B, por lo que sí me sorprendió que llamaran a un guipuzcoano que solo ha entrenado en Tercera”. La decisión fue “difícil”. “He tenido que renunciar a muchas cosas. El Lagun Onak es un club muy familiar y allí estaba mejor que en casa, pero esta era una oportunidad de oro. El tren solo pasa una vez en la vida y había que cogerlo”. Y concluye aliviado: “Tenía dudas sobre si la categoría me vendría grande, pero la adaptación está siendo fácil ya que, en muchos sentidos, el River también es un club muy familiar”.