Marsella - Renato Sanches, con solo 18 años, ya es una de las estrellas de la Eurocopa. Y eso que no es titular indiscutible para Fernando Santos. Autor del gol del empate contra Polonia, lanzador del segundo penalti en la tanda que dio el pase a los lusos a la semifinal, el nuevo jugador del Bayern de Múnich recibe todo tipo de elogios y rompe récords de precocidad. A Cristiano le ha salido un competidor. A lo lejos, pero a toda velocidad, emerge la figura de este centrocampista exuberante, que llegó al Benfica con 10 años, por 750 euros y 25 balones, y antes de la Eurocopa selló su traspaso al Bayern por 35 millones de euros, más otros 45 posibles por objetivos logrados.
El club alemán previó que en la Eurocopa se produciría la explosión del talento portugués y no esperó, en mayo cerró una operación que, en su momento, pareció desorbitada pero que comienza a ser observada como un acierto. “Vale los 35 millones cien por cien”, afirmó el jueves el exjugador del Manchester United Ryan Giggs, comentarista para una cadena de televisión en el estadio Velodrome de Marsella. Ya antes del encuentro, el propio Carlo Ancelotti, que lo dirigirá a partir de agosto en el conjunto bávaro, expresó al Corriere dello Sport su satisfacción con el juego del portugués. “Es el mejor de la Eurocopa, un fenómeno”, destacó.
Todo ha ido muy rápido para El Bule, como es conocido desde que jugaba en el club de su barrio, el Aguias. El 30 de octubre debutaba en la liga portuguesa contra el Tondela. Un mes después en la Liga de Campeones y en diciembre de 2015, el Benfica le ampliaba el contrato hasta 2021 con una cláusula de rescisión de 80 millones de euros. A la selección llegó en marzo pasado. Debutó el 25 y se ganó la convocatoria a la Eurocopa casi por petición popular. Con ello desbancó a Ronaldo como el más joven en jugar una fase final.
Ahora, ya es el tercero más joven en marcar de la historia de la Eurocopa, tras el suizo Johan Volanthen y el inglés Wayne Rooney, y el más precoz en hacerlo en una ronda eliminatoria, con 18 años y 317 días. - Óscar González/Efe