bilbao - El clásico futbolístico con más impacto universal llega a una nueva cita desprovisto de tensión competitiva a causa de la enorme distancia (diez puntos) que les separan en el campeonato de Liga, y sin embargo el interés que suscita un Barça-Real Madrid sigue siendo enorme. Los saben sus respectivas estrellas, especialmente Leo Messi y Cristiano Ronaldo, conscientes de que los focos les alumbrarán con más atención que nunca o las respectivas aficiones, sobre todo la merengue, demasiado necesitada de llevarse un dulce a la boca.

Pero hay dos alicientes nuevos que realzan la importancia del partido: el reciente fallecimiento de Johan Cruyff, que será homenajeado a lo grande en el Camp Nou, y la figura de Zinedine Zidane, que puede salir muy tocado del coliseo blaugrana si se da una derrota feroz tal y como le ocurrió a su antecesor, Rafa Benítez, incapaz de supera el trauma del 0-4 en el Santiago Bernabéu.

Luis Enrique Martínez fue muy gráfico ayer al definir el partido. Sus jugadores están “cómo locos” para conseguir una victoria, llegó a decir. “Daríamos el golpe definitivo al Real Madrid y el Atlético de Madrid sería el único rival para conseguir el título”, puntualizó el técnico asturiano, que jugó en el Real Madrid antes de involucrarse hasta los tuétanos en la cultura barcelonista.

Luis Enrique hizo un llamamiento a la afición azulgrana para que alcance “su máximo nivel”, y espera que el Camp Nou esté “a reventar y caliente de verdad” en un encuentro que los jugadores afrontan al “cien por cien”. “No hay cosa que caliente más a un culé que ganar al Real Madrid. Y al revés, claro”, enfatizó.

En vivo contraste su colega, Zinedine Zidane, trató de restar importancia al acontecimiento, como si fuera un partido más. “Esta noche voy a dormir tranquilo de verdad porque es un partido de fútbol. Lo que tenemos que hacer es disfrutar. Jugar contra buenos jugadores y medirse con el Barça, nada más”, dijo.

sin guardar nada El técnico francés descartó realizar rotaciones con la vista puesta en los cuartos de final ante el Wolfsburgo y no desveló la única duda por despejar, Dani Carvajal o Danilo en el lateral derecho. Recordó su etapa de jugador, con cinco clásicos en el Camp Nou y tan solo una derrota. Tampoco pudo aguantar la sonrisa cuando recordó un duro enfrentamiento con Luis Enrique. “Es lo que pasa en el campo de vez en cuando pero ya se ha olvidado”, bromeó.

“Los clásicos para un jugador es lo más bonito que existe en el fútbol. Ahora lo voy a vivir de entrenador, estoy muy contento”, confesó. “Aquí lo importante es siempre al final ganar, lo sabemos. Estuve aquí de jugador, sé lo que lleva el cargo. No estoy pensando en lo que vamos a ganar a final de temporada, lo importante es hacer las cosas como últimamente y seguir. Al final algo bueno va a pasar”, añadió Zidane.

En el aspecto deportivo, en el Barça, que intentará sumar 40 partidos sin conocer la derrota, son baja Mathieu y Adriano, mientras que Iniesta se espera que regrese al equipo después de haber estado ausente por precaución del encuentro liguero ante el Villarreal y los amistosos con la selección española, lo mismo que Sergio Busquets, y Rakitic con Croacia.

El Real Madrid tan sólo cuenta con una baja, la del central Raphael Varane, que regresó con una lesión de sóleo de la selección francesa. Zidane no ha convocado ni a Mateo Kovacic y ni a Álvaro Arbeloa e incluirá al brasileño Casemiro en el equipo de gala, en detrimento de James, buscando estabilidad en el centro del campo. Zidane destacó la importancia que tiene para el equipo el centrocampista colombiano, pero con una notable carga de sarcasmo después de que el jugador dijese que cuando juega con su selección percibe “el apoyo de todos” .

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