Rubén Castro, un referente con causas pendientes
Ídolo del beticismo, fue procesado en junio por cuatro delitos de maltrato y amenazas a su exnovia
lA mirada de Rubén Castro (Las Palmas, 1981) no solo enfoca al fútbol, disciplina en la que asoma como un auténtico ídolo para la afición del Betis. Abrazado a la condición de máximo goleador en la historia del club andaluz con 120 goles en 213 encuentros oficiales, lo que supone una media de más de medio tanto por envite, el delantero canario disputa otro importante partido lejos de los terrenos de juego. El pasado mes de junio, no en vano, la juez de Violencia sobre la Mujer número 3 de Sevilla confirmó el auto de procedimiento abreviado dictado contra su persona por cuatro delitos de maltrato y un quinto delito por amenazas leves hacia Laura, su expareja, en 2013.
A la espera de la celebración del juicio, el cual podría tener lugar ente enero y febrero del próximo año, Rubén Castro se enfrenta a la contundente petición de la Fiscalía, que solicitó dos años y un mes de cárcel para él -cuatro meses por cada uno de los cuatro delitos de maltrato por los que ha sido procesado y nueve por amenazas-, así como la privación de cualquier permiso de armas por dos años y la prohibición de comunicarse o acercare a la víctima durante un año y cuatro meses.
El delantero, que el domingo volverá a liderar el ataque bético contra el Athletic, siempre ha negado las acusaciones y logró que se archivara otra denuncia por agresión sexual, pues los informes técnicos reflejaron que no se produjo “ninguna situación de dominio” por parte del canario en la noche que dio pie al procesamiento.
Los hechos se remontan al 27 de mayo de 2013, cuando la expareja de Rubén Castro, a la que el jugador no reconoció como su novia en esos momentos, denunció de madrugada haber recibido “puñetazos” y “bofetadas” por parte del jugador tras una intensa discusión a la salida de una discoteca de Sevilla. La mañana siguiente, tras el entrenamiento del Betis, el punta canario fue detenido por la policía, que le puso en libertad con cargos después de tres horas y media de declaración.
El club andaluz, a la espera de la resolución final del caso, siempre ha mostrado su apoyo al delantero verdiblanco, al que también ha arropado su afición. Solo el sector más radical de la hinchada del Benito Villamarín, donde en 2008 recibió un botellazo el exguardameta rojiblanco Armando, hizo un flaco favor a su ídolo al dar vuelo a un deplorable cántico con el que apoyaban las supuestas agresiones de Rubén Castro a su exnovia. El canario, tal vez superado por la comprometida situación, se limitó a afirmar ante los medios de comunicación: “¿Que si me parecen mal? Mal no, cada uno es libre de decir lo que quiera”. Horas más tarde, sin embargo, rectificó pidiendo disculpas por no haberse “expresado bien” y condenó la violencia “en todas sus formas y contra cualquier manifestación que la justifique”.
Pepe Mel, entrenador y amigo del canario, sacó la cara por su delantero señalando que “Rubén tiene muchas virtudes, pero entre ellas no está el expresarse bien, porque se lía. No es Jorge Valdano hablando. Estoy seguro de que por su cabeza pasó reconciliarse con mucha gente y no estuvo acertado”. Ahora, a las puertas de la décima jornada de liga y tras haber sido padre por primera vez el pasado verano con su actual pareja, Rubén Castro, autor de cinco goles en las nueve primeras jornadas, intenta poner los cinco sentidos en el fútbol.
el caso de van der vaart En el vestuario del Betis, donde el ariete figura como pieza clave a pesar de su reservada personalidad de puertas hacia afuera, también asoma el holandés Rafael Van der Vaart, quien en enero de 2013, cuando jugaba en el Hamburgo, se mostró arrepentido por haber agredido a su mujer, Sylvie Meis, durante la celebración de Nochevieja.
“Fue muy tonto por mi parte. Soy un idiota y lo siento mucho, nunca debió pasar”, confesó el futbolista según publicó el diario alemán Bild. Su matrimonio con la modelo, actriz y presentadora holandesa, tras casarse en 2005, tocó a su fin. El domingo, en el Benito Villamarín, el balón será el único protagonista.