bilbao - Si todo transcurre según el guion previsto, Osasuna se quedará sin su patrimonio, que pasará a manos del Gobierno de Nafarroa. Las espléndidas instalaciones deportivas de Tajonar, inauguradas en 1982 bajo la presidencia de Fermín Ezcurra, con una superficie de 80.000 metros cuadrados, y su estadio, El Sadar, con capacidad para 19.800 espectadores.

Es la consecuencia de una nefasta gestión económica y la tolerancia institucional llevada a cabo bajo el mandato de Miguel Sanz, que no aplicó el rigor requerido al club rojillo para que cumpliera como Dios manda con la Hacienda Foral. Una tolerancia generalizada en todo el Estado español, hasta que estalló la crisis económica y el fútbol dejó de contar por razones obvias con la bochornosa comprensión de los gobernantes.

Osasuna debe al fisco 49 millones de euros, cifra que a partir de enero sube a 53, y no puede pagarlos. Casi no tiene ni para gastos de la luz, y la última decisión adoptada por la junta gestora del club, porque por no tener Osasuna carece hasta de presidente, es reducir en un 50% el personal no deportivo, a quienes ya se les ha rebajado los sueldos entre el 20 y el 50%.

Con un panorama así, y a falta de futbolistas por cuya venta se pudiera sacar sustancial tajada, no hay otra: vender el patrimonio, tasado en 43 millones de euros, mediante la figura de dación en pago.

el desacuerdo de geroa bai Está previsto que esta iniciativa sea aprobada como proyecto de ley por el Parlamento navarro el próximo jueves día 27, porque dicho plan, propuesto por la gestora osasunista como única vía posible de saldar la enorme deuda con la Hacienda Foral, ya cuenta con el respaldo de la mayoría parlamentaria (UPN, PSN y PPN), aunque no tiene el apoyo de Geroa Bai, que planteará para su debate otra iniciativa, ya que opina que el contenido de esa ley podría ser cuestionado por la Comisión Europea, que bien puede considerar esta solución como una ayuda de Estado encubierta.

Así lo recordó la diputada de Geroa Bai Uxue Barkos cuando rechazó en nombre de su grupo el plan propiciado por la gestora del club y los citados grupos políticos. Barkos planteó a modo de cautela un caso similar con el PSV Eindhoven holandés como protagonista, que fue rechazado por la Unión Europea al entender que de por medio terciaba la mano misericorde de las instituciones públicas, además de que el acuerdo propiciado pasa por alto exigir las responsabilidades oportunas a los responsables de provocar en la entidad rojilla semejante desmán económico.

Porque de eso se trata. De misericordia hacia ese club con alma navarra a quien hay que salvar a toda costa.

Según el acuerdo alcanzado con UPN, PSN y PPN, Osasuna se compromete a la recompra de estos bienes en un plazo máximo de 30 años a través del pago de un alquiler de 250.000 euros si el equipo se encuentra en Segunda División y 1,5 millones si milita en Primera. Además, el club cedería al ejecutivo navarro el 50% de futuros traspasos de jugadores.

Es decir. El Gobierno Foral se hace cargo de Tajonar y de El Sadar, pero Osasuna seguirá utilizando estas instalaciones a cambio de un módico alquiler y un largo me lo fiáis hasta la prevista recompra allá por 2044.

Aprovechando el acuerdo y puestos a ser generosos hacia el entrañable club, que también padece un acuciante problema de tesorería, Osasuna solicitará además un aval al ejecutivo foral de cuatro millones de euros que les permita financiarse de aquí a final de temporada.

Eso sí, la nueva directiva que salga de los comicios previstos para mediados de diciembre será tutelada por un representante de la Hacienda Foral que acudirá a las reuniones con voz, aunque sin voto.

Si como es previsible el Parlamento navarro da su conformidad a la citada ley, Osasuna tendrá que convocar una Asamblea Extraordinaria para que los socios compromisarios den su conformidad al plan de viabilidad.

la dama de Hierro El descenso de Osasuna a Segunda División tras catorce años consecutivos en la máxima categoría ha sido un duro quebranto para la institución, sobre todo porque se queda sin la capacidad de captar recursos sustanciales, como el contrato con la televisión.

Soporta la deuda más alta de la División de Plata, y mantiene una plantilla cuya calidad no da pie como para soñar con un próximo ascenso. Dirigido por un aclamado exjugador, el polaco Jan Urban, Osasuna ocupa la decimocuarta posición en la tabla, con 15 puntos, a seis de distancia del último puesto que da derecho a pelear por Primera.

Pero si la Hacienda Foral de Nafarroa aprieta, pero no ahoga, no ocurre lo mismo con el fisco estatal. El Recreativo, por ejemplo, tiene embargados sus cuentas e ingresos por parte de Hacienda y hace tres meses que no paga a los jugadores.

Otros clubes históricos como Sporting, Zaragoza o Racing están en una situación similar, sobre todo desde que hace un año accedió al cargo de directora del departamento de recaudación de la Agencia Tributaria Soledad García López, más conocida como la dama de hierro. Soledad García tiene soliviantado al fútbol español, ya que ha impuesto un cambio brusco de política en las negociaciones con los clubes profesionales. No acepta ningún tipo de acuerdo o aplazamiento. Exige los pagos a fecha de cobro o ejecuta embargos.

Las malas relaciones de Soledad García con el fútbol se remontan a la época en la que fue designada como administradora concursal del Rayo Vallecano representando a Hacienda. En aquella etapa se inicio también un agrio enfrentamiento con Javier Tebas, actual presidente de la LFP y entonces abogado del Rayo, que la acusa de querer cargarse el fútbol.

La LFP ha intensificado su presión sobre el Ministerio de Hacienda para lograr un aplazamiento de la deuda tributaria de los clubes de Primera y Segunda, casi 500 millones de euros. Pero el marcaje al hombre de Soledad García surte efecto: en junio de 2013 la deuda con el fisco ascendía a 602 millones, Osasuna al margen.