lisboa. Portugal se despidió ayer de Eusebio da Silva Ferreira con dolor, lágrimas y aplausos de miles de ciudadanos de a pie que salieron a la calle para dar el último adiós al aclamado rey del fútbol luso. Las ceremonias fúnebres comenzaron a primera hora de la mañana con la apertura de las puertas del Estadio de La Luz, donde se instaló la capilla ardiente con el féretro del futbolista, y se prolongaron hasta la noche, cuando se ofició el entierro. Los aficionados desfilaron por el estadio, colocaron flores y velas junto a la estatua del fallecido, y entonaron cánticos con su nombre cuando el coche fúnebre entró en el coliseo del Benfica. Foto: afp
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