La UEFA corona a Franck Ribéry
Al Amparo del bayern, superó a Messi y Cristiano Ronaldo, ausente del acto porque no era el premiado
montecarlo. El francés Franck Ribéry cumplió ayer con un sueño personal, al ser elegido mejor futbolista de Europa en 2013 por delante de los dos grandes astros del momento, el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo.
El extremo del Bayern Múnich fue premiado en Montecarlo, durante la gala en la que se celebró el sorteo de la Liga de Campeones, por su extraordinario rendimiento en la pasada campaña, en la que el equipo bávaro lo ganó todo. A su lado, Messi, cuatro veces Balón de Oro, sólo pudo felicitar al ganador. Cristiano Ronaldo prefirió evitarse el papelón de otra derrota tras las de 2011 y 2012 y anuló su asistencia poco antes del acto pretextando que tenía que jugar con su equipo en A Coruña.
La victoria de Ribéry, vestido con un elegante traje ajustado, era de esperar después de recolectar con el Bayern la Bundesliga, la Copa alemana y la Liga de Campeones europea. "Este galardón es un gran honor para mí. Estoy muy contento", dijo el atacante de 30 años tras recibir el premio de manos del presidente de la UEFA, su compatriota Michel Platini, en el Forum Grimaldi. El francés dejó también claro que sin el equipo, los honores individuales no serían posibles.
De los 53 periodistas que votaron (uno por cada miembro de la UEFA), 36 optaron por el francés, 14 por Messi y sólo tres por Cristiano.
El galardón a Ribéry es un nuevo reconocimiento al exitoso año del fútbol alemán. Por primera vez desde Matthias Sammer en 1996, un jugador que actúa en Alemania recibió un premio individual. Ribéry es el décimo futbolista de la Bundesliga que es elegido mejor jugador de Europa y el quinto de nacionalidad francesa, donde comparte círculo con astros como Platini o Zidane.
El premio marca un punto máximo en la agitada carrera de Ribéry, para quien, según sus palabras, no fue fácil ascender de su modesta cuna en Boulogne-sur-Mer a la centelleante cima del mundo del fútbol. En la selección tampoco lo tuvo fácil. Considerado uno de los líderes en la revuelta del Mundial de Sudáfrica 2010, fue suspendido tres partidos. Un escándalo con prostitutas dañó además su imagen. Pero Ribéry superó los golpes y jugó en 2012-13 la mejor temporada de su carrera.