miami. Cristiano Ronaldo dio ayer muestras de su ADN indomable y, con un doblete, respondió en el césped al técnico José Mourinho y, de paso, garantizó al Real Madrid una victoria cómoda por 3-1 sobre el Chelsea en Miami y el título de la Guinness International Champions Cup. El duelo entre el Real Madrid y el Chelsea, que tenía el morbo del enfrentamiento entre Mourinho y el equipo que dejó hace dos meses, no defraudó por la calidad del juego y la manera en la que Cristiano Ronaldo mostró a su manera que es real, a diferencia de la opinión del preparador del cuadro inglés, que puso esa etiqueta al Ronaldo brasileño que tuvo a sus órdenes en Barcelona.
El Madrid fue el dueño y señor del campo y del balón, que soltó al primer toque con un Modric brillante y un laborioso Benzema, que se movió por todos los sectores del campo. El equipo de Ancelotti se puso en ventaja a los 14 minutos con un venenoso remate a ras de césped de Marcelo a pase de Modric. El Chelsea, que no había generado ninguna situación de peligro, surgió con la primera, que fue preciosista, para que Ramires, solo frente a Casillas, marcara de vaselina. La gran noche de Cristiano Ronaldo se afianzó con un gol de tiro directo que superó la barrera y cruzó la raya de gol antes de que las manos de Cech pudieran interceptarlo.
En la segunda parte el Chelsea propuso un juego más ofensivo y Casillas tuvo que emplearse a fondo en tres ocasiones para neutralizar las escaramuzas del equipo inglés. Luego, poco a poco, el Madrid volvió a encontrar el balón y el dominio para gestar otro momento estelar del partido cuando Cristiano Ronaldo, desde atrás, apareció para clavar de cabeza el 3-1 en el minuto 57.
El gol hundió la reacción que hasta entonces mostraba el Chelsea y Mourinho buscó en su banco recursos para enderezar el rumbo. Por último, Álvaro Morata, en el tiempo del descuento, marcó un golazo de tacón, pero fue anulado por fuera de juego.