Desbandada de talento
La Liga arranca en el marco de una galopante crisis que obliga a aliviar deudas con sobriedad
bilbao. El azote de la crisis global, omnipresente en todas las facetas de la vida cotidiana, palpable, evidentemente sacude al fútbol, esa escena que parecía hasta hace bien poco -en 2011 se invirtieron 350 millones de euros- privilegiada. El compendio de clubes españoles adeuda a la Hacienda pública y la Seguridad Social una escalofriante y galopante cifra próxima a los 800 millones de euros. Un desfase que deben equilibrar, o sea subsanar, con tope fijado en el año 2020. Se percibe notablemente en el gasto en traspasos, de 63 millones de euros hasta la fecha, sin incluir los inminentes fichajes de Alex Song por parte del Barcelona -autor del mayor desembolso, el de Alba por 14 millones- o de Luka Modric por obra del Real Madrid. En términos generales, un montante inferior al del resto de las grandes Ligas europeas: el Calcio (280 millones de euros), la Premier (250), la Ligue 1 (200) o la Bundesliga (185). Colateralmente, en consecuencia, el desajuste y la necesidad de corrección, para muchos inmediata, incluso tardía y puede que irreversible, ha repercutido en la nómina de talento. Ha invitado a la espantada. El poder de la tildada como Liga de las Estrellas no lo amasaba el territorio, sino el factor económico. He aquí, en el curso 2012-13, la prueba, donde ocho equipos -Deportivo, Espanyol, Real Madrid, Málaga, Mallorca, Osasuna, Rayo Vallecano y Valladolid- no han invertido un euro.
Sucede que el Málaga, como paradigma, se ha desangrado en su intento de escalada a la élite mundial. Tras un año de clasificación para la Liga de Campeones y después de cerrar el grifo el encantador por ilusionante jeque de turno, el equipo que dirige Manuel Pellegrini ha visto escapar a Cazorla, Rondón o Mathijsen. Salidas que pueden devolver al plantel a su condición de superviviente en la Liga BBVA. Ocurre también con Domínguez, ex del Atlético de Madrid -que podría vender también a Godín para amainar el temporal-, que emigra al Borussia Mönchengladbach, o el ex del Villarreal, Borja Valero, que se marcha a la Fiorentina. Por semejantes razones, las monetarias, han abandonado sus filas Kanouté o Keita, tratando de encontrar gratas jubilaciones en exóticos destinos donde el fútbol es emergente y hay dinero por repartir. Antes, la Liga estatal se antojaba como destino para una onerosa jubilación. Véase los casos de Pires, Trezeguet o Van Nistelrooy.
Detrás de los emigrantes, en la estampida, pueden desfilar los leones Javi Martínez y Fernando Llorente, jugadores que han sonado entre los intereses de los totémicos Barcelona y Real Madrid, pero que, según las novias que se postulan, encontrarían sus paraderos allende las fronteras estatales. Ello debido a las pretensiones, tanto de los futbolistas como de su todavía hogar, el Athletic. En caso de salir del equipo bilbaino este verano, siete internacionales españoles, campeones de la Eurocopa, militarían lejos de las fronteras estatales. Reina abrió la senda y le siguieron Torres, Mata, Silva, así como el citado Cazorla. Y otro que viene retumbando en las carteras es Negredo, que ocupó en el certamen continental de Polonia y Ucrania el posible lugar de un Soldado que también ha sido tentado por el Tottenham. Y en este apartado de delanteros, abandonan la causa estatal artistas del gol como Koné, Michu o Tamudo. Mientras, los ingeniosos Sahin, Pablo Hernández o Beñat son otros que aguardan a factibles tratos motivados por la aguda necesidad. Se trata de nombres propios que buscan una mejor vida profesional, o mayor acomodo en la cuenta bancaria según los casos, en otras Ligas.
Entretanto, la Liga BBVA vive sumergida en controversias que atañen directamente a la cartera, como es el reparto de los derechos audiovisuales, un caso que no tiene símil en el viejo continente. Y lo que ha derivado en polémicas sobre la enmarcación de los partidos en determinados horarios que también son criticados.