bilbao. José Mourinho, entrenador del Real Madrid, fue sancionado ayer con solo dos partidos de suspensión por meter el dedo en el ojo al ayudante de Josep Guardiola, Tito Vilanova, quien a su vez fue castigado con un encuentro.
Después de emplear cincuenta días en la deliberación, Alfredo Flórez, el juez único del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que decidió actuar de oficio en el asunto, ha tomado la resolución de calificar como de "grado medio" el incidente ante "la inexistencia de lesión o la falta de prueba concluyente en el ánimo de herir por parte del Sr. Mourinho".
Mourinho y Vilanova cumplirían la suspensión en la próxima edición de la Supercopa en la que estén implicado sus respectivos equipos, y no en la Liga o en la Copa.
Paradójicamente y pese a la levedad de la sanción, la emisión del fallo ahora, mes y medio después de producirse los hechos, ha vuelto a poner en primer línea de actualidad la absurda agresión de Mourinho, realimentando el debate y volviendo a propalar por todo el mundo la mala imagen ofrecida aquel día por el técnico portugués y también la de su club, el Real Madrid.
Los hechos ocurrieron el 17 de agosto, en los instantes finales del encuentro de vuelta de la Supercopa jugado en el Camp Nou, que terminó con triunfo azulgrana por 3-2, tras la expulsión de Marcelo por una dura entrada sobre Cesc Fábregas, que ocasionó un tumulto en el que participaron ambos banquillos.
Las imágenes tomadas del mismo llegaron a captar a Mourinho acercándose por detrás y metiéndole el dedo en el ojo a Vilanova, una acción que dejó perplejo a medio mundo.
El segundo de Guardiola reaccionó dando un golpe con la mano abierta al entrenador portugués.
Como el árbitro no vio estos hechos, y ante la repercusión de los mismos, el juez único del comité de competición decidió actuar de oficio.
Concluida la tramitación del procedimiento incoado, y tras la alegaciones presentadas por uno y otro club, el juez instructor dictó las propuestas de imponer una suspensión de tres encuentros para Mourinho y de uno para Vilanova, por infracciones previstas en el artículo 123 del Código Disciplinario.
El citado artículo 123 hace referencia a la "violencia en el juego" y señala: "Producirse de manera violenta con ocasión del juego o como consecuencia directa de algún lance del mismo, siempre que la acción origine riesgo, pero no se produzcan consecuencias dañosas o lesivas, se sancionará con suspensión de uno a tres partidos o hasta un mes".
A tenor de ello, el instructor solicitaba la sanción "en el grado más alto" en dicho apartado para Mourinho, mientras que para Vilanova pedía el mínimo.
Sin embargo el juez de Competición, en el caso de Mourinho, ha considerado "la inexistencia de lesión o la falta de prueba concluyente en el ánimo de herir por parte del Sr. Mourinho"; "no bastan meras conjeturas para apreciarlo".
Y razona: "No se autoriza en el ordenamiento para el artículo 12, puntos 1 y 2, la posible aplicación de un grado máximo por la simple condición de técnico del expedientado, ni por la entidad del club en el que desempeña sus tareas profesionales, así como tampoco por el hecho de que su conducta produzca una mayor repercusión mediática, lo que lleva a este órgano disciplinario, por razones de pura hermenéutica, a reducir la propuesta del Instructor a su grado medio", se recoge en sus fundamentos jurídicos.
En relación a Vilanova, el juez de Competición señala "compartir el criterio del instructor, al apreciar la concurrencia de atenuante de provocación" "al acometimiento que sufre por parte del Sr. Mourinho".
Esta sentencia contrasta con otra dada a conocer ayer, pero en otro deporte, la Copa del Mundo 2011 de rugby que se está disputando en Nueva Zelanda. Allí, el Oficial Judicial Independiente, Bruce Squire, decidió suspender al talonador italiano Leonardo Ghiraldini durante quince semanas tras declararle culpable de "contactar con el ojo o la zona del ojo de un jugador irlandés durante el partido ante Irlanda en Dunedin el pasado 2 de octubre". Ghiraldini admitió la culpabilidad pero negó que su acción fuera intencionada.
El talonador italiano, que podrá recurrir la sentencia, estará suspendido hasta el próximo 17 de enero de 2012 y tampoco podrá disputar ningún encuentro con su equipo, el Benetton Rugby Treviso, hasta que venza su sanción.