Intruso en el paraíso
El Levante, colíder junto al Barça, consigue los mejores registros de su historia
Visten los mismos colores (azulgrana o granota, según quién) y comparten liderato. Hasta ahí el parecido. Hay una sutil diferencia: el presupuesto del Barcelona es de 460 millones de euros y el del Levante apenas llega a los 20 millones, el más bajo de la categoría. Y con lo que cobra Leo Messi se podría pagar a los 25 futbolistas del plantel levantinista.
Lo cierto es que los colores azulgrana se han puesto de moda, pero en esta ocasión lo que llama la atención es la singladura del modesto equipo valenciano, sobre todo porque hace dos años, cuando estaba en Segunda División, el objetivo marcado era evitar el descenso a Segunda B, y resulta que contra todo pronóstico subió a Primera; y si el año pasado el objetivo era el mismo, no bajar, resulta que mantuvo la categoría sin mayores sobresaltos y también con el presupuesto más bajo.
El Levante, tras su victoria del pasado domingo en el campo del Betis, no conocen la derrota, lleva cuatro triunfos consecutivos y ha establecido la mejor racha de triunfos seguidos de su historia en la máxima categoría del fútbol estatal. Y, además mira por encima del hombro al Valencia, el club hegemónico de la ciudad, lo cual reconforta sobremanera a su fiel hinchada.
La victoria lograda ante el conjunto andaluz se une a las conseguidas ante el Espanyol (3-1), el Rayo Vallecano (1-2) y sobre todo frente al Real Madrid (1-0), un auténtico campanazo que sobresaltó el campeonato y puso muy nervioso a José Mourinho, que culpabilizó a los árbitros, el empedrado (que si el césped estaba alto...) y al medio alemán Khedira de la insospechada derrota.
Hasta ahora, en las siete campañas que con la actual ha disputado el club granota en Primera División, sólo había conseguido enlazar tres victorias seguidas, precisamente en la pasada campaña entre las jornadas 21 y 23 al imponerse el Getafe (2-0), al Villarreal (0-1) y al Almería (1-0).
Además, con la victoria lograda ante el Betis y la conseguida frente al Rayo Vallecano ha igualado, con dos triunfos, su mejor racha de partidos ganados de manera consecutiva como visitante.
A la hora de analizar el fenómeno del Levante se derrumban alguno de los lugares comunes con los que en el mundillo futbolístico se intenta justificar principalmente los reveses deportivos: la categoría de los futbolistas y la llegada de un nuevo entrenador, que siempre reclama un tiempo prudencial hasta que los jugadores asimilan su estilo.
No es el caso de Juan Ignacio Martínez, el entrenador del Levante, captado del Cartagena, equipo que dirigía la pasada temporada, para sustituir a Luis García, protagonista de los dos anteriores milagros (ascender y la permanencia).
Y mucho menos el perfil de los futbolistas, auténticos jirones de otros equipos fichados a coste cero y mayormente en la fase terminal de sus respectivas carreras.
Así la zaga menos goleada del campeonato está sustentada por Nano (32 años), Ballesteros (36), Javi Venta (35) o Del Horno (30), jugadores entrados en años con mil batallas en sus espaldas, pero con la ilusión y las ganas de competir recuperadas. Como también le sucede al primer Zamora de su historia, el meta uruguayo Munúa (33 años), que solo ha recibido tres goles en lo que va de Liga, gracias, además, a su sólida pareja de mediocentros, Iborra y Xavi Torres.
Eso sí: solamente ha marcado 8 goles, frente a los 23 que acumula y exhibe el Barça, y a eso se le llama rentabilidad. Salvo ante el Espanyol, todas las victorias del Levante han sido por un gol de diferencia. Suficientes para acumular 14 puntos, una renta para administrar, como la cigarra, para cuando llegue el crudo invierno. Porque el objetivo no ha cambiado: agarrarse a la categoría.