BILBAO. "Detrás de cada punto, victoria o logro está la entrega, el análisis, el talento y una fuerte mentalidad colectiva". Joaquín Caparrós encabeza su página web oficial con este eslogan al que haría bien en recurrir durante la nueva andadura en los banquillos que emprenderá desde hoy el exentrenador del Athletic. El de Utrera tiene previsto aterrizar en Palma para cerrar los flecos de su contrato con el Mallorca, a donde llega con el principal objetivo de poner paz tras la convulsa jornada que vivió ayer el club balear y que supuso la guinda al esperpento acontecido desde que su antecesor en el cargo, Michael Laudrup, presentara la dimisión. Los consejeros de la entidad isleña, enfrentados públicamente, trataron de calmar las aguas revueltas tras una reunión de seis horas celebrada en las oficinas del Iberostar Estadio, donde además se confirmó la marcha del accionariado de la familia Nadal, representada por un Miguel Ángel Nadal que el pasado sábado llevó la batuta del equipo en el empate rascado en el Reyno de Navarra.

"Mi mujer me dice que me busque equipo porque ya no me aguanta más en casa". Así, con su tradicional sarcasmo, se pronunció el andaluz durante su intervención como comentarista de La Sexta en el partido Málaga-Getafe, aunque todavía no existía un acuerdo cerrado porque, según apuntan fuentes próximas al club, este podía haber sido desbaratado por los administradores concursales de considerar que su sueldo de 1,3 millones hasta final de temporada era demasiado elevado para una entidad en concurso de acreedores. De hecho, estos han puesto condiciones a la operación para darle el visto bueno. El morbo del enfrentamiento entre Bielsa y Caparrós ya está servido, aunque toca esperar hasta el 4 de diciembre, fecha en que el Athletic visitará el campo balear (jornada 15), mientras que el duelo de la segunda vuelta, en San Mamés, se celebrará el 15 de abril. Tras la efímera aventura del míster utrerano en el Neuchatel Xamax suizo, donde llegó a encararse con su presidente -que llegó a ir armado y con guardaespaldas- cuando este bajó al vestuario; Caparrós emerge en Mallorca como la apuesta de Lorenzo Serra Ferrer, cuyas discrepancias con Laudrup se acrecentaron con el despido del ayudante del técnico danés.

guerra abierta La reunión del consejo de administración fue convocada para abordar un único tema, las declaraciones públicas de algunos de sus consejeros, que dejaron entrever un enfrentamiento abierto entre distintas facciones, lo que generó una crisis sin precedentes en la entidad. La semana pasada, coincidiendo con la salida de Laudrup, los directivos Miguel Coca y Biel Cerdá acusaron públicamente al director general, Pedro Terrasa, de urdir una conspiración contra Serra Ferrer con el objetivo de arrebatarle el control. En esta tesitura, la familia del tenista Rafael Nadal, representada por su tío, Miguel Ángel, hizo ayer mismo público su deseo de abandonar el consejo en desacuerdo con todo lo sucedido. Los Nadal, en principio, mantienen el 10% del capital social del Mallorca, pero el abogado que les representaba, Fernando Martos, no acudió a la citada reunión extraordinaria. Miguel Ángel les comunicó su decisión de renunciar al cargo de consejero, que ha desempeñado en nombre de su hermano Sebastián, y de su sobrino, aunque sí parece que seguirá vinculado al cuerpo técnico.

"Es una vergüenza", señaló el propio Rafa Nadal hace una semana, cuando supo que Laudrup dejaba el club. "Como aficionado me hubiera gustado que las cosas hubieran sido de otra manera", añadió el número dos del tenis mundial. Laudrup contaba con un sueldo de 700.000 euros anuales. Tras su despedida, Serra Ferrer se puso manos a la obra para atar a Caparrós, a quien, según fuentes del club, le hizo una oferta muy cercana al doble de esos emolumentos. La crisis del Mallorca ha sido una constante desde la salida de la entidad del empresario Vicente Grande hace tres años, hasta el punto de que mantiene abiertos diferentes procesos judiciales con el anterior propietario, la familia Martí Mingarro, y el extécnico Gregorio Manzano. El Mallorca arrastra una deuda de 70 millones, reducida a más de la mitad con la venta de jugadores como De Guzmán. Caparrós encara ahora la misión de llevar bien la nave deportiva y así contribuir a la paz.