estambul. A media hora escasa del clausurado duelo de vuelta (previsto para las 20.30 horas de ayer), la expedición rojiblanca tomaba tierra en Loiu. Un viaje corto en lo futbolístico pero de largo alcance para el club. La dicha se dibujaba en el rostro del presidente y de los directivos. También en los futbolistas, serenos, descansando después del ensayo matutino que dispuso Marcelo Bielsa para no perder el paso, la concentración y mantener la tensión competitiva que el conjunto bilbaino retomará el próximo domingo en San Mamés ante el Rayo Vallecano una vez desconvocada la huelga de futbolistas. A diferencia que en los entrenamientos que el Athletic desarrolla en Lezama, donde se encajona entre parcelas, conos, picas y muñecos para ajustar el mecanismo, ayer por la mañana los rojiblancos disputaron un partido a campo completo en las instalaciones del Galatasaray.
Bielsa observó la escena, la coreografía, con mirada de águila, desde una posición alejada, sentado en una de las butacas en una de las tribunas. La disposición de los jugadores no reveló ninguna clave que pueda manejar el técnico argentino de cara al enfrentamiento liguero frente al Rayo, aún en el aire en aquel instante.
Andoni Iraola, que iba a ser reservado por el técnico rosarino para más adelante (durante la rueda de prensa previa al partido Bielsa aseguró que no jugaría ante el Trabzonspor), explicó que el equipo tiene ganas de competir. La espera se está haciendo largar para los jugadores a pesar de que para el club, el impasse, pueda resultar satisfactorio. "También te puede venir bien jugando partidos, cogiendo ritmo de competición que por unas cosas o por otras se está retrasando el inicio de la temporada y creo que sería bueno empezar cuanto antes para coger ritmo".