Bilbao

En plena gestación de la Operación Paramount, donde se prevé realizar en un punto aún no definido de la Comunidad de Murcia un parque temático parangonable al de Eurodisney, Jesús Samper, socio mayoritario de la empresa Proyectos Emblemáticos Murcianos, encargada de llevar a cabo el magno proyecto, se ha visto involucrado como imputado en otra operación de vidrioso calado, surgida de un controvertido pelotazo urbanístico, que por nombre Operación Umbra investiga presuntos delitos de malversación de caudales públicos, blanqueo de capitales, cohecho y negociaciones prohibidas a los funcionarios, entre otros.

Las investigaciones tratan de esclarecer presuntos casos de corrupción en operaciones inmobiliarias derivadas de la expansión de la zona norte de la ciudad, donde se impulsaron seis convenios urbanísticos, a partir de 2001 y hasta 2005, que modificaban la calificación del suelo de esta zona.

El más importante fue la construcción de Nueva Condomina, el flamante estadio del Murcia, cuyo principal actor es su presidente y dueño, Jesús Samper, una vinculación que nada tuvo ni tiene que ver con el amor a unos colores.

Trabajando sobre todo en la sombra, este abogado madrileño de 60 años se ha convertido en uno de los hombres que más se ha beneficiado de los trapicheos relacionados con el fútbol, al que entró a través del Real Madrid, donde comenzó a ejercer como asesor en 1978, y al año siguiente en la Federación Española de Fútbol (RFEF). Samper prosperó sobre todo gracias a la Liga de Fútbol Profesional (LFP), a la que dio forma creando su primera estructura económica y administrativa y elaborado los primeros estatutos, aprobados en 1984, como secretario general y mano derecha del entonces presidente, Antonio Baró.

Desde entonces y hasta 2006 llevó los asuntos publicitarios y audiovisuales de la LFP a través de su empresa Santa Mónica Sports. Finalizado el contrato, y a partir de ese mismo año, explota los mismos derechos en la RFEF y también de la Federación Argentina de Fútbol.

Además lleva los derechos de imagen de deportistas de talla mundial, como Dani Pedrosa, Valentino Rossi o Fernando Alonso.

Sin embargo ha sido en Murcia donde Jesús Samper ha desplegado todo su potencial como hombre de negocios, incrementando notablemente su patrimonio, no sin la ayuda providencial de las autoridades correspondientes, aunque despertando la animadversión de los hinchas murcianistas por su escaso disimulo y falta de escrúpulos en el manejo del club y su corazoncito.

La historia no es nueva. Y ahí está el caso paradigmático de Jesús Gil, por ejemplo, con el Atlético de Madrid, plataforma ideal para relanzar negocios con base en el ladrillo.

de la ruina al pelotazo Para empezar, Samper tuvo la sagacidad de comprar el Real Murcia en 1999, cuando el club estaba en Segunda B y hecho una ruina. Ahora bien, de salvador, nada. Adquirió dos millones de metros de suelo rústico que parecía imposible de recalificar, al menos para la cooperativa que los tenía. Pero esgrimiendo la coartada sentimental que le brindaba el equipo (y los votos de sus seguidores), que jamás volvería a la élite ni tendría un futuro esperanzador si no renovaba sus infraestructuras, Samper firmó un acuerdo en 2001 con el alcalde, Miguel Ángel Cámara, del PP, para construir allí un nuevo estadio, un enorme centro comercial y dos campos de golf, además de viviendas, cuya edificación está semiparalizada, víctima de la burbuja inmobiliaria. Samper ha ganado con esta operación unos 200 millones de euros.

El Real Murcia también recibió parabienes de dicha estrategia. En la temporada 1999-2000 logró el ascenso a Segunda A y dos años después, con David Vidal en el banquillo, lograba regresar a Primera tras catorce campañas ausente. Pero dos años después (temporada 2003-04) acabó último. De vuelta a Segunda. En la 2006-07 recobró la máxima categoría y en temporada siguiente estrenó casa, el flamante Nueva Condomina, coincidiendo con el centenario del club, con un ambicioso proyecto, 25.000 socios, los fichajes más caros de su historia, Fernando Baiano y Henok Goitom, y un ambiente de euforia que sin embargo dio paso a una enorme frustración. Ni Lucas Alcaraz ni Javier Clemente, que le sustituyó tras ser cesado mediada la temporada, pudieron evitar el descenso a Segunda.

Con el mal ambiente generado, Jesús Samper dimitió como presidente del Murcia en diciembre de 2008, aunque conservando la propiedad del club que, con una deuda de 50 millones de euros, entró el 9 de febrero de 2009 en concurso de acreedores, además de consolidar el desastre deportivo bajando a Segunda B.

Jesús Samper recobraba la presidencia del club a comienzos de la presente temporada y el pasado 21 de septiembre anunciaba que el Murcia iba a salir del concurso de acreedores. La buena nueva, casualmente, coincidía con el anuncio de la Operación Paramount, auspiciada por el Gobierno murciano, que debe ceder entre 400 y 600 hectáreas para construir un parque temático en plena crisis y sabido que en este tipo de negocios sólo Port Aventura escapa del déficit. Cuando la controvertido iniciativa comienza a tomar forma, Samper es imputado en una trama de corrupción. Y mientras, el cándido seguidor del Murcia se pregunta por qué no invierte en el club.