A selección española, cuestionada por un entorno abrazado al pesimismo tras el empate sin goles firmado contra Suecia en la primera jornada de la fase de grupos de la Eurocopa, encaraba el choque de anoche ante Polonia con la necesidad de sumar los tres puntos en juego a fin de ganar en tranquilidad dentro y fuera del terreno de juego. No le valía otra cosa que no fuera la victoria a la tropa de Luis Enrique y, pese a disfrutar de una amplia colección de oportunidades durante los noventa minutos, no la encontró en un disputado encuentro en el que la apuesta desde el banquillo por la asociación entre Álvaro Morata y Gerard Moreno, cuya titularidad era un clamor popular entre los aficionados, proyectó luces y sombras. La aparición del delantero del Villarreal en el once inicial, no en vano, no sacó de la alineación al discutido Morata, en el ojo del huracán como consecuencia de su falta de puntería en el estreno en el campeonato.

“Morata y diez más”, avanzó Luis Enrique en la rueda de prensa previa al envite de ayer al ser cuestionado por la figura del delantero de la Juventus, quien pareció responder con un gol a la ciega confianza de Luis Enrique, si bien en la segunda mitad erró dos claras ocasiones de gol que vuelven a poner en entredicho su figura como delantero centro titular de un combinado que no ha podido pasar del empate ante Suecia y Polonia. El gol de Robert Lewandowski en el minuto 53 con un poderoso cabezazo ante el que nada pudo hacer el rojiblanco Unai Simón sirvió para igualar el tanto previo de Morata, el cual nació de las botas de Gerard, quien ejerció de asistente en una productiva asociación que dio pie al 1-0 en el minuto 25. Ambos, como protagonistas de una sociedad limitada que podría afianzarse en el torneo, cocinaron un gol que celebró con entusiasmo desde la banda Luis Enrique, quien vio cómo el ariete del Villarreal sacaba partido a su escorada ubicación en el flanco diestro del ataque del combinado estatal.

Desde ahí, sin ir más lejos, arrancó el catalán con el esférico para atacar el centro, armar la pierna izquierda y conectar con Morata, cuyo remate de primeras con el pie derecho superó al guardameta polaco Tomasz Szcz?sny. El tanto, anulado en primera instancia por un posible fuera de juego, fue validado por el VAR para satisfacción del propio Morata, de Gerard y de Luis Enrique, a cuyos brazos se dirigió de inmediato el delantero de la Juventus para fundirse en un significativo abrazo. El emotivo encuentro entre ambos no fue sino el reflejo de una relación de confianza que se tradujo en la vigésima diana de Morata en sus 42 partidos con la selección española absoluta, registro con el que el madrileño pone su nombre entre los diez futbolistas con mejor promedio goleador en la historia de España (0.48).

Morata, asimismo, se convirtió en el tercer jugador en marcar en una Eurocopa al portero de su propio equipo al batir a Szcz?sny. Previamente lo habían conseguido Gascoigne en 1996 al marcar con Inglaterra a Goram, con quien compartía vestuario en el Rangers y en 2012 Nasri al superar con Francia a Hart, compañeros en el Manchester City.

El portador del dorsal 7 de España, sin embargo, no acabó el partido con buen sabor de boca. Desperdició, no en vano, dos claras ocasiones de gol después de que Gerard provocara una pena máxima en el minuto 53. El ariete barcelonés, que tomó la responsabilidad del lanzamiento, estrelló el balón contra el poste y en el rechace, con todo a su favor, Morata fue incapaz de encontrar portería. Lanzó fuera el balón, mientras que doce minutos después fue Szcz?sny quien envió a córner un disparo cruzado del madrileño tras nueva asistencia de Gerard, sustituido por Fabián antes de que, en el 84, en un claro mano a mano, Morata desperdiciara su segunda clara ocasión de la noche al toparse con el portero polaco. Reemplazado por Oyarzabal en los minutos finales entre algunos silbidos, el de la Juventus apuntó al término del partido que “hemos empatado y me da igual marcar o no, sinceramente”. Lanzó, además, un mensaje al entorno: “La gente que diga lo que quiera. Si voy a estar preocupado ahora por lo que diga la gente, imagínate, porque estamos en un país en el que opinar es fácil y gratis”.