La campaña de las elecciones europeas comienza oficialmente esta medianoche tras una tensa precampaña marcada por polémicas que nada tienen que ver con el proyecto europeo y que ha situado a los dos principales partidos, el PSOE y el PP, en situación de máxima competencia para tratar de consolidarse.

Los populares, vencedores de las elecciones generales pero en la oposición, aspiran a aumentar notablemente su representación en la Eurocámara y dejar así en evidencia al presidente Pedro Sánchez, mientras los socialistas esperan que los ataques que están recibiendo desde el PP y Vox por diversas polémicas movilicen a su electorado y le permitan consolidar su apuesta por el europeísmo.

El debate, ajeno a Europa

Hasta hoy la pugna política se ha centrado más en cuestiones alejadas del Parlamento Europeo, como el reconocimiento de Palestina, los negocios de Begoña Gómez (esposa de Sánchez), o la crisis diplomática por Argentina, y parece difícil que se despeguen de la campaña.

En cualquier caso, todos los partidos hacen lectura en clave estatal de lo que esperan de los comicios, porque el 9 de junio será un buen termómetro para medir sus fuerzas cuando el futuro del Gobierno de coalición depende de cómo resuelvan los independentistas catalanes, sus socios de legislatura, la gobernabilidad de Cataluña.

PNV, centrado en Euskadi

En estas elecciones europeas el PNV lidera Coalición por una Europa Solidaria (CEUS), en la que tiene como socio principal, al igual que en 2019 y desde que Junts decidió ir en solitario, a Coalición Canaria, además de Geroa Bai y el minoritario PI de Baleares.

El objetivo es mantener el escaño con Oihane Agirregoitia que ha desarrollado su carrera política en el ayuntamiento de Bilbao, y hasta ahora las encuestas confirman que lograrán mantener su representación en Europa.

EH Bildu

EH Bildu sigue en la coalición con ERC y BNG, Ahora Repúblicas, y repite con el veterano Pernando Barrena como candidato, en el número 2 de la lista, en principio un puesto que garantiza su reelección como eurodiputado.

El PSOE busca movilizar

El PSOE llega a las elecciones europeas en un momento favorable para el partido tras los buenos resultados de las elecciones vascas y sobre todo catalanas, con una victoria histórica que fuentes socialistas confían en que sirva como impulso para estos nuevos comicios.

No obstante, en Ferraz son conscientes de que las elecciones europeas son más complicadas ante la competencia del PP y Vox, y recalcan que lo importante es lograr la movilización del electorado socialista y combatir la abstención para contener así el "auge de los discursos populistas" de la derecha y la ultraderecha en Europa, un mensaje que será uno de los ejes del PSOE en campaña.

Pedro Sánchez ha hecho una apuesta fuerte al impulsar como candidata a la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y tendrá una participación considerable con su presencia en al menos cinco mítines, entre ellos la apertura en Valencia y el cierre en Madrid.

PP, el favorito de las encuestas

El PP busca convertir las europeas en un plebiscito sobre Sánchez y ha establecido así un marco que conlleva un examen al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, máxime cuando el jefe de la oposición ha defendido que esta cita electoral es la "antesala" de un cambio político en España.

La lista del PP, que por segunda vez encabeza Dolors Montserrat, parte como ganadora en los sondeos, aunque los populares han templado expectativas en los últimos días. Fuentes de la dirección nacional admiten que el PSOE puede beneficiarse de la victoria en Catalunya y crecer a costa de Podemos y Sumar. Cuentan además con que Vox crezca.

El PP busca sumar apoyos por el centro y da por hecho que a sus 13 eurodiputados de partida sumará los siete que tenía Ciudadanos. Los comicios, en los que Feijóo busca espolear la movilización con el rechazo a la ley de amnistía, son claves también porque el PP europeo se ha abierto a pactos con la extrema derecha, a pesar de su tradicional coalición con los socialistas en la Comisión Europea.

Auge de la ultraderecha

Vox encara estas elecciones con Jorge Buxadé de nuevo como cabeza de lista convencido de que, por primera vez, puede haber una mayoría de gobierno de partidos "patrióticos, conservadores e identitarios" en el Parlamento Europeo, alternativa a la coalición que creen conforman socialistas y populares.

Argumentan que ambos han pactado conjuntamente el 90% de las decisiones en los últimos cinco años y se sienten fuertes para impulsar lo que consideran un "cambio histórico", tras las alianzas exhibidas con formaciones afines durante su convención anual del pasado fin de semana en Madrid.

Para ello centrará la atención en llamar a los abstencionistas decepcionados y a los jóvenes que se estrenan en las urnas en estos comicios con mensajes sobre la protección de las fronteras frente a la inmigración ilegal, la seguridad o la defensa del campo y ya ha advertido de que no votarán a la candidata del PPE Ursula von der Leyen para que repita como presidenta de la Comisión Europea.

Sumar

Sumar espera revertir en estas elecciones europeas la tendencia de derrotas electorales que ha encadenado este año: en las gallegas, las vascas y las catalanas, aunque en Catalunya, si los comunes finalmente logran ser llave del Govern, habrán salvado la papeleta.

Con este bagaje electoral, la formación de la vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Yolanda Díaz, se juega la viabilidad de un proyecto que desde que se estrenó en las generales del año pasado no ha hecho otra cosa que ir perdiendo fuelle en el espacio a la izquierda del PSOE.

Y ahora se enfrentan al 9J con una candidata desconocida, Estrella Galán, que ha estado al frente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y que tendrá que medirse con sus antiguos socios de Podemos, cuya candidatura encabeza la exministra de Igualdad, Irene Montero.

La lucha de Podemos por sobrevivir

A Podemos estas elecciones les pillan en horas muy bajas y en una situación que nada tiene que ver con la que vivieron hace justo una década, cuando irrumpieron en la política estrenándose en las europeas de 2014 con cinco diputados. Ahora, confían en lograr al menos el escaño de Irene Montero para mantenerse a flote.

Desde que rompieron con Sumar en diciembre para marcharse con sus cinco escaños al Grupo Mixto del Congreso (ahora son cuatro), han ido diluyéndose en cada cita con las urnas a la que se han presentado hasta el punto de que no han conseguido en ninguna de las tres elecciones de este año un solo representante.

Si el 9J los morados no logran tan siquiera el escaño de Montero, las posibilidades de supervivencia de aquel partido que en un momento llegó a pisar los talones al PSOE, serán muy remotas.

La muerte de Ciudadanos

Sólo un milagro puede hacer que Ciudadanos resista en el Parlamento Europeo después de haber desaparecido prácticamente de todo el territorio estatal, incluida Catalunya, donde se han quedado a cero después de llegar a ser la fuerza más votada en 2017.

Cs apostó por concurrir en solitario tanto a las catalanas del pasado 12 de mayo como a las europeas, rechazando la oferta del PP de asumir todos sus efectivos europeos, pero el partido de Feijóo acabó fichando a tres eurodiputados naranjas para su lista europea, incluido el jefe de la delegación de Cs en Bruselas, Adrián Vázquez.

La lista, que encabeza el eurodiputado Jordi Cañas, tiene otros dos rivales exnaranjas en la oferta liberal: Izquierda Española, que respalda el procurador de las Cortes de Castilla y León, Francisco Igea; y Cree, que ha puesto en marcha Edmundo Bal.

Junts, sin Puigdemont

Aún en plena resaca de las elecciones catalanas, en las que el independentismo sufrió un batacazo al perder la mayoría absoluta en el Parlament, Junts -y también ERC- temen que la desmovilización de sus bases pueda repetirse -incluso agravarse- el 9 de junio, especialmente si PSOE y PP logran polarizar la campaña y absorben el voto útil.

Tras haber batido a Josep Borrell y Oriol Junqueras en Catalunya en las europeas de 2019, Carles Puigdemont cede ahora el número uno de la candidatura de Junts al exconseller y eurodiputado Antoni Comín, huido como él a Bélgica tras el turbulento octubre de 2017, que hará campaña desde Bruselas, el sur de Francia y otros puntos de Europa, a la espera de volver a casa cuando entre en vigor la amnistía.

ERC, en plena crisis

El panorama es aún más sombrío para ERC, que tras la debacle del 12M vive un terremoto interno, con sus líderes en retirada o puestos en cuestión, una situación a la que intentarán sobreponerse los republicanos con la eurodiputada Diana Riba -esposa del exconseller Raül Romeva, condenado por el 1-O- como cabeza de cartel.