Cumplidos tres años desde su fundación, ¿qué balance realiza del recorrido de la BRTA hasta el momento?

- Es un balance positivo, a pesar de la situación tan complicada que nos está tocando vivir en los ámbitos sanitario y económico. Tanto en BRTA como en los centros de investigación hemos podido trabajar con bastante normalidad, y las últimas conversaciones con sus responsables nos están indicando que a pesar de todo el año pasado fue positivo y que este 2022 se está trabajando bien. En el ámbito científico hemos avanzado en varias cuestiones, con el desarrollo de nuestras agendas de investigación y un mapa de capacidades, y en el ámbito de transferencia de conocimiento también, desarrollando iniciativas ligadas al emprendizaje u otras para llegar mejor a las pymes, y hemos avanzado con el plan de carrera profesional de las personas que trabajan en los centros.

¿En qué retos del sector tecnológico vasco cree que hemos avanzado más en este tiempo?

- Los centros vascos de BRTA están al servicio de las empresas de Euskadi, por lo que estamos investigando en todos los ámbitos en los que tenemos industria relevante. Hemos avanzado en el ámbito de la fabricación, ligado a sectores como el de la automoción, el aeronáutico o el naval, así como el de la máquina herramienta, con el que los centros están trabajando muchísimo. En el ámbito de las energías, Euskadi tiene mucha fuerza con las renovables en el sector eólico, y también hay otros ámbitos que tienen que ver con la electrificación del sistema energético o con el hidrógeno. También hay otros sectores de los que no se habla tanto pero en los que tenemos mucha potencia, como el de la alimentación, o ámbitos con un impacto directo en la sociedad como el de la salud. Seguimos trabajando en todos los campos que son relevantes para nuestro país, proporcionando soluciones basadas en la ciencia y la tecnología.

¿Qué metodología usa la BRTA para fomentar la cooperación entre los centros de investigación que la integran?

- Este es uno de nuestros objetivos principales y nuestra filosofía pasa por hacer que los centros trabajen juntos en iniciativas compartidas. Por ejemplo, cuando hemos trabajado en definir las agendas de investigación de los centros tecnológicos de Euskadi para los próximos años lo que se ha hecho ha sido juntar a los expertos en cada uno de los ámbitos y entre ellos se han puesto de acuerdo para definir las hojas de ruta. También hemos desarrollado nuestro mapa de capacidades, un documento que nos permite identificar qué conocimientos tiene cada centro de BRTA en los diversos ámbitos científico-tecnológico y con qué intensidad trabajan en ello. En general, lo que estamos haciendo es poner alrededor de la misma mesa a los responsables de los 17 centros, lo que genera grandes oportunidades de colaboración.

"Nos estamos planteando como reto tener una mayor soberanía energética basada en soluciones tecnológicas"

Al hablar de tecnología a veces parece que hagamos mucho hincapié en lo digital, pero los retos tecnológicos de Euskadi tienen otras muchas vertientes, ¿verdad?

- Desde luego la parte digital tiene muchísima relevancia, con temas como la inteligencia artificial o la ciberseguridad, pero en BRTA entendemos que Euskadi tiene muchos retos tecnológicos que tienen que ver también con lo material. Estamos hablando de tecnologías de producción, de ciencia de materiales o de fabricación o de componentes y sistemas para generación y distribución de energía. Medios de transporte, dispositivos médicos, alimentos... Todo ello tiene su componente material. Digamos que lo digital es pervasivo pero hay también cuestiones que están cogiendo cada vez mayor vigencia, que ya están aquí y que son igualmente transversales, como la de la sostenibilidad ambiental, abordando cuestiones como la acción ante el cambio climático y la economía circular, o el reto demográfico, con el envejecimiento de la población, la escasa natalidad y las dinámicas migratorias.

Parece que al fin salimos de la peor parte de la pandemia. ¿Cómo afecta el contexto que se abre a partir de ahora a los esfuerzos en investigación tecnológica en Euskadi?

- Hay cosas que han cambiado nuestra aproximación, al menos en cierta medida. Por un lado, se le está dando más relevancia a la investigación y el desarrollo relacionado directamente con la pandemia, en el ámbito de la salud, con acento en la prevención. Pero los cambios van más allá: estamos viendo que, sea a causa de la pandemia o de la reciente guerra, nuestras cadenas de valor se han visto muy afectadas. Hemos visto fábricas que han tenido que parar, que no llegan los recursos necesarios y un encarecimiento exagerado de ciertas materias primas o productos. Por ello, nos estamos planteando como reto tener una mayor soberanía, basada en soluciones proporcionadas por la ciencia y la tecnología, para tratar de reducir la excesiva dependencia que tenemos para la energía, los materiales, otros productos industriales o de consumo e incluso los alimentos de los que vivimos. Esto no es algo exclusivo de Euskadi, también se está replanteando en el conjunto de Europa y los centros de BRTA realizaremos nuestra aportación a ello.