La fusión entre los conocimientos médicos y las tecnologías auguran un amplio abanico de nuevos tratamientos no invasivos y adaptados para cada individuo. Igualmente, estas técnicas facilitan la anticipación a las enfermedades, la comunicación entre pacientes y profesionales y aumentan la calidad de la atención sanitaria dentro y fuera de los hospitales.
Vacunas de próxima generación
De acuerdo con el portal de Redacción Médica, en agosto del 2024 un paciente del Reino Unido recibió la primera vacuna del mundo contra el cáncer de pulmón, conocida como BNT116 y fabricada por BioNTech a partir de la tecnología del ácido ribonucleico mensajero, similar al que se empleó en los casos de coronavirus.
Este pionero ensayo clínico ha marcado un hito en la lucha contra el cáncer de pulmón no microcítico o CPNM, ya que permite destruir las células cancerosas sin perjudicar a otros tejidos sanos, al contrario que sucede con la quimioterapia. A pesar de que el estudio todavía se encuentra en fase experimental, la comunidad científica se muestra esperanzada ante los beneficios de un medicamento que podría frenar la aparición de una de las patologías con mayor índice de mortalidad.
Por el momento, son siete los países en los que se está poniendo en práctica, como Alemania, Polonia, Estados Unidos, Hungría, Turquía y España, donde cada año se diagnostican cerca de 30.000 nuevos casos de cáncer de pulmón. En este último territorio, además, la investigación ha contado con la participación de hospitales repartidos por Sevilla, Barcelona, Galicia y Valencia.
Nanomedicina
La utilización de la nanotecnología o la manipulación de la materia a escala nanométrica abre la puerta a un universo de interesantes soluciones en el ámbito biomédico. Estas comprenden tanto la prevención como el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares e infecciosas. Según recoge el artículo “La nanomedicina y los sistemas de liberación de fármacos: ¿la (r)evolución de la terapia contra el cáncer?” (Revista Educación Química, CDMX, octubre 2016), la nanomedicina tiene el poder de intervenir en tres procesos principales: la liberación de fármacos e ingeniería de tejidos, la identificación de patologías a nivel celular o molecular a través de nanosistemas o nanobiosensores y, por último, la terapia centrada en la aplicación de nanomateriales que administren moléculas terapéuticas de forma controlada. Asimismo, supone un avance significativo hacia tratamientos personalizados y menos invasivos para combatir el cáncer y eleva la medicina de precisión al siguiente nivel.
Inteligencia artificial
Su mayor ventaja es la optimización de procesos como el desarrollo de fármacos, ya que reúne la capacidad de gestionar un gran volumen de datos médicos, generar predicciones a partir de patrones e incluso cooperar en la toma de decisiones. Tal y como señala la Asociación para el Progreso de la Dirección, la IA puede “ofrecer un diagnóstico más rápido y preciso, acelerar el descubrimiento de medicamentos al analizar millones de compuestos o mejorar el seguimiento de pacientes crónicos mediante dispositivos electrónicos”. Las consecuencias directas de la implementación de esta tecnología son la prevención de enfermedades y el refuerzo en la accesibilidad a la atención médica, lo que se traduce en un incremento en la calidad de vida de las personas mayores y/o dependientes y un alivio en la carga de trabajo del personal sanitario.
Telecirugía y telemonitorización
Gracias a este campo que está transformando la telemedicina, el médico puede realizar una cirugía sin necesidad de estar en el mismo espacio físico que el paciente. Así, un cirujano situado en un lugar remoto podrá desempeñar labores de telecirugía o telediagnóstico, o también supervisar y aconsejar al cirujano que sí se encuentre en la sala de operaciones. Actualmente, ya está disponible un asistente robótico diseñado para la cirugía laparoscópica que obedece a las instrucciones de un cirujano, aunque existen ciertos retos por superar antes de estandarizar su utilización, como los altos costes de la infraestructura o los límites éticos y legales. A esto se le suma el auge de la telemonitorización, que parte del objetivo de recoger la información de los pacientes desde su domicilio y registrar cualquier anormalidad.
Bioimpresión 3D
Si bien las cirugías virtuales ya son una realidad que está cobrando protagonismo poco a poco en los centros médicos, la biompresión en tejidos en tres dimensiones podría implicar que las formulaciones químicas, farmacéuticas y cosméticas del futuro se dejen de testar en animales o en seres humanos y se prueben en materiales sintéticos. Otra de sus aplicaciones podría ser “la producción de estructuras humanas complejas con propiedades biológicas y mecánicas que permitan restaurar la función de un tejido u órgano”, según expone el Instituto Roche.