La demanda de constitución de una Macrorregión Atlántica que se sume a las ya vigentes la estructura de gestión de las instituciones europeas ha superado esta semana un hito fundamental que acerca a su constitución de la mano de la encomienda del Consejo a la Comisión Europea de habilitar una propuesta articulada en el plazo máximo de año y medio para su materialización. Su creación posicionará a las comunidades Autónoma Vasca y Foral Navarra, así como a los territorios de Iparralde, en el corazón de una nueva arquitectura europea del desarrollo y la cohesión territorial. Supondrá un marco que trascenderá las fronteras administrativas y permitirá encarar retos colectivos como la transición energética, la innovación industrial, la logística sostenible o la defensa de nuestro modelo social avanzado. Hoy estamos a las puertas de un reconocimiento institucional fruto de una constante labor diplomática y de una visión estratégica que en Euskadi ha tenido nombre y siglas propias: Iñigo Urkullu y el PNV. Desde su primer mandato, el lehendakari ohia impulsó la necesidad de tejer alianzas entre regiones, convencido de que el futuro europeo se construye desde abajo, entre territorios que cooperan. Así tejió una colaboración con los gobiernos de Nafarroa y Nueva Aquitania que los ha hecho coprotagonistas, suscitó la adhesión de Galicia, Asturias y Cantabria y supo atraer a regiones Portugal e Irlanda, hasta que sus gobiernos han asumido el proyecto ante la Comisión Europea.

Hoy, es impulso persiste de la mano de Imanol Pradales y María Chivite, así como Alain Rousset, presidente de Nueva Aquitania. Esa sintonía es el mejor aval para que la macrorregión no sea una etiqueta geográfica, sino un instrumento operativo: más fondos europeos, proyectos compartidos de transporte y energía, cooperación universitaria y científica, y una voz política más fuerte en Bruselas para los intereses de su ciudadanía. La experiencia de colaboración transfronteriza de la CAPV y Nafarroa en el marco de la Eurorregión, encara un salto cualitativo. La macrorregión atlántica expresa y dota de efectos prácticos a la idea de Europa solidaria, plural y multicéntrica, arraigada en sus pueblos. El fruto cosechado de una visión de país que el nacionalismo vasco europeísta ha sabido mantener con tenacidad.