La Comisión Europea anunció ayer un ajuste a la baja en su propuesta para imponer aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos, al 36,3 % en su tipo máximo frente al 37,6 % planteado en julio, aunque con un leve aumento en las tasas impuestas a empresas no incluidas en la investigación de Bruselas pero que sí cooperaron en ella.
El organismo comunitario propuso imponer estos aranceles a los vehículos eléctricos procedentes del gigante asiático el pasado mes de julio al considerar, tras una investigación de varios meses, que su penetración en el mercado europeo daña a los productores de la Unión por estar subvencionados de forma desleal.
La Comisión considera ahora que el gravamen al fabricante BYD sería del 17%, del 19,3% a Geely, y del 36,3% a SAIC. En todos estos casos, varias décimas por debajo de los primeros anuncios que hizo cuando planteó las medidas.
Como novedad, Bruselas anunció que fijará un arancel del 9% a Tesla por su producción en China después de completar un examen específico que la compañía de Elon Musk solicitó en el marco del proceso de investigación.
Este gravamen tan bajo se debe a que Tesla cuenta con una estructura empresarial más sencilla en China y no se autofinancia como sí sucede con otras empresas del sector que se benefician de ventajas que conceden las autoridades del país. –