La cotización de la onza de oro, valor refugio por antonomasia, ha resurgido con fuerza tras el conflicto palestino-israelí y acumula desde el cierre del pasado 6 de octubre una revalorización cercana al 9%, hasta situarse en los 1.995 dólares, cerca de la zona de máximos –por encima de los 2.000 dólares– que ha alcanzado en varios momentos de la guerra de Ucrania.

En concreto, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares. Con todo, el máximo histórico del oro se produjo hace más de un año, el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.

En el periodo que va desde la pasada primavera de este 2023 se inició una tendencia a la baja que llevó al oro a estar cerca de perder el nivel de los 1.800 dólares el 6 de octubre, un día antes del asalto de Hamás a territorio israelí, razón por la que los inversores han vuelto a este activo refugio.

De su lado, estas dos últimas semanas de alzas en la cotización del oro han sido llamativas por la resistencia del dólar a depreciarse, ya que ambos activos mantienen un relación inversa; esto es, un dólar fuerte abarata al oro –ya que cotiza en esta divisa– y un dólar débil lo encarece, ya que harían falta más “billetes verdes” para pagar su precio. Así, por ejemplo, dos semanas después del inicio del conflicto a gran escala en Oriente Próximo el dólar mantiene sin variación su tipo de cambio con el euro, ligeramente por debajo de los 1,06 “billetes verdes”; si bien en este apartado ha entrado en juego el debate que mantienen los inversores sobre más posibles alzas de los tipos de interés –que condiciona el llamado precio del dinero– por parte de la Reserva Federal (Fed) y su extensión en el tiempo.

El bitcóin, la criptomoneda de mayor valor y más conocida del mercado, también ha subido con fuerza estas dos semanas (+6%), hasta el punto de recuperar este viernes el nivel de los 30.000 dólares, un nivel que no veía desde principios del pasado agosto. Este activo digital es observado por los inversores como un activo refugio y, de manera generalizada, suele protagonizar importantes alzas en periodos de turbulencia en mercados tradicionales como las bolsas.

Precisamente, el Ibex 35, el principal índice de la Bolsa española, cayó el viernes un 1,29 %, con lo que acumula un descenso semanal del 2,21 % y encadena cinco semanas a la baja, la peor racha desde que estalló en Europa la pandemia de coronavirus. El selectivo, que suma su tercera sesión consecutiva en rojo, se ha dejado 117,7 puntos y ha terminado la jornada en 9.029,1, el nivel más bajo desde marzo. En lo que va de año, aún sube un 9,72 %. La tensión en Oriente Medio, la subida del precio del petróleo y el incremento de las rentabilidades de los bonos más solventes están detrás de la debilidad de los mercados bursátiles.

Las bolsas caen

Europa. En el resto de Europa, Londres perdió el viernes un 1,3 % en la sesión; París, un 1,52 %; Fráncfort, un 1,64 %; y Milán, un 1,4 %. En el conjunto de la semana, Londres se ha dejado un 2,6%; París, un 2,67%; Fráncfort, un 2,56%; y Milán, un 3,12%. Previamente, en Asia, Tokio había caído un 0,54%; Hong Kong, un 0,72%; Shanghái, un 0,74%; y Seúl, un 1,69%. Wall Street abrió en rojo tras la intervención, el jueves, después de que no se descartara una nueva subida de los tipos de interés.