Gobierno vasco, UGT, CCOO y Confebask firmaron ayer miércoles un acuerdo para impulsar un “pacto de país” que garantice el futuro de las tareas de cuidados en el hogar. Se trata de un protocolo que permitirá afrontar con más garantías el exigente horizonte que afrontan este tipo de actividades, que serán cada vez más necesarias debido al envejecimiento de la población. Los firmantes se comprometen a favorecer un reparto más equitativo entre hombres y mujeres de las tareas domésticas y de cuidados. Además, impulsarán la profesionalización de estas tareas, garantizando, a través de la negociación colectiva, empleo de calidad.

El acuerdo, alcanzado en el seno del diálogo social vasco, establece varias líneas de actuación y sitúa al sector de los cuidados en el hogar como “un nicho potencial de empleo, crecimiento y desarrollo económico”. En la reunión celebrada ayer participaron, entre otros consejeros, la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, y la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, cuyo Departamento ha tenido un papel relevante en un acuerdo que trasciende del ámbito laboral.

Melgosa destacó que el acuerdo es “un decisivo avance en el logro de un pacto de país por los cuidados” que impulse un de modelo diferente al que “responsabiliza del cuidado a las familias y, a la postre, a las mujeres y que no es justo ni sostenible”. Las bases de ese cambio se han sentado en el grupo de trabajo de Políticas Sociales del diálogo social, liderado por Lide Amilibia, viceconsejera de Políticas Sociales y “principal impulsora del acuerdo”.

Estructurado en cuatro ejes, el acuerdo parte de la necesidad de “reconocer la realidad” de una mayor exposición de las mujeres en el ámbito familiar a estas actividades, lo que frena sus expectativas laborales. Por ello, el diálogo social vasco se compromete a reducir en la medida de lo posible la proporción que representa el trabajo de cuidado no remunerado, “incrementando la intervención profesionalizada”. Al mismo tiempo trabajarán para “redistribuir en términos más igualitarios aquel trabajo” que “deban o quieran seguir asumiendo las personas en su ámbito familiar”.

En un segundo bloque Gobierno y agentes sociales apuestan por “generar empleo de calidad, un objetivo irrenunciable de la política de empleo, a la par que un elemento básico de un modelo de atención y cuidados cada vez más justo y de mayor calidad y eficiencia”. Para ello, se promoverá desde la negociación colectiva normas más estrictas de seguridad y salud laboral. También se impulsará la formación inicial y continua de los profesionales del sector, así como las perspectivas de carrera e itinerarios profesionales.

El tercer eje subraya que estas actividades, ligadas a la silver economy, son una oportunidad de desarrollo económico. Por último, el documento indica que “el diálogo social tripartito no puede ni debe permanecer ajeno a ninguna de las tres grandes transformaciones en que se encuentra inmersa la sociedad vasca. En especial, y por lo que se refiere a un posible pacto de país por los cuidados, a la transformación demográfico-social para dar respuesta adecuada, eficiente y justa al incremento progresivo de la demanda de cuidados en una sociedad cada vez más diversa y progresivamente envejecida”.

Según recordó durante la reunión la consejera Melgosa, el envejecimiento poblacional es un hecho en Euskadi y exige respuestas como esta. Eustat estima que en 2036 la población de 65 o más años podría aumentar en unas 163.200 personas respecto a los datos de 2021. Entonces, las personas que superen ese umbral serán un tercio de la población total, el 29,3%. Además, 126.700 personas habrán superado en 2036 los 85 o más años, suponiendo el 5,6% de la población total.