Iniciamos el ejercicio que estamos finalizando, recuperándonos de la pandemia de la Covid-19, sin embargo la invasión de Rusia en Ucrania y la guerra que la misma generó entre ambos países, ha tenido y sigue teniendo unos efectos demoledores para nuestra economía, generando incertidumbres que solamente el paso del tiempo las despejara.

Debemos felicitar por lo tanto a todas las personas emprendedoras, ya que con este escenario han decidido seguir adelante porque sus proyectos son parte de su vida, no esperando a que la situación se aclare, ni a que las incertidumbres se despejen, ya que son personas con iniciativas que tienen el coraje de poner en marcha sus respectivos proyectos, porque hay que reconocérselo y valorarlo en su justa medida, máxime cuando su número sigue siendo inferior al que quienes trabajábamos con ellas nos gustaría

contar.

Francisco Javier Sanz Santaolalla

Pero además, debemos tener presente que las personas emprendedoras de proyectos cooperativos son todavía más especiales, ya que no es nada habitual entre ellas, por eso son minoría, ya que siendo las alma mater de todos los proyectos empresariales, las generadoras de sus bases fundamentales, para lo cual han destinado conocimientos, estudios, investigación, tiempo para su elaboración e incluso recursos propios. Sin embargo, su modelo de gestión deseado pasa por contar con todas las personas que van a realizar sus actividades, por lo que están dispuestas a compartirlo todo con sus personas socias, dando con ello una muestra ineludible de solidaridad, porque consideran, tras analizar las diferentes modalidades societarias existentes, que la adecuada, por ser la más participativa, es la Sociedad Cooperativa.

Por ello ponen todo su proyecto, cuando se encuentra en fase de puesta en marcha del mismo, a disposición del conjunto del colectivo que va a conformar la Sociedad Cooperativa, con todo lo que ello implica, otorgándolas a todas ellas la condición de personas socias en igualdad a las mismas personas emprendedoras, las cuales van a realizar las mismas aportaciones económicas, van a participar en todas la decisiones de la empresa, en función del órgano social del que formen parte. Van a ser realmente los protagonistas de todas las actuaciones, van a tomar las decisiones de forma democrática (cada persona socia tiene un voto), van a redistribuirse los resultados de forma proporcional a la actividad cooperativizada por cada una de ellas (trabajo, consumo, entrega de productos agrarios, transportes realizados, etc.) y no en función de los capitales (la Cooperativa es una sociedad de personas), van a respetar y aplicar los Valores y Principios Cooperativos.

En definitiva, van a poder desarrollar su proyecto hasta donde las personas socias lo deseen, erradicando la especulación de sus aportaciones y destinando parte de sus resultados al FRO, incrementando los fondos propios de su empresa para compensar las pérdidas que puedan generar, dejando su empresa para futuras generaciones, además de destinar también una parte de sus resultados a la sociedad en la que esta enraizada la Cooperativa. Este es el itinerario de las personas emprendedoras de Proyectos Cooperativos.

Podríamos concluir, aplicando el sentido común, que no era este un año propicio para las personas emprendedoras, sin embargo, en este ejercicio 2022 los emprendimientos cooperativos se han comportado muy aceptablemente, y desde la Sociedad para la Promoción de Cooperativas Elkar-Lan, S. Coop., vamos a concluirlo con una cifra de cooperativas constituidas con nuestro apoyo en Euskadi cercana a las 140.

Zorionak para todas las personas emprendedoras cooperativas, así como para todas las personas socias que se han incorporado a sus proyectos a las que acompañáremos en su primer ejercicio de actividad.