El presidente de la Federación vasca del Taxi, Borja Musons, ha anunciado que han solicitado este mes de septiembre una reunión con el Gobierno vasco para conocer las tarifas para 2023 de un sector que está regulado y el que la "última palabra" la tiene el Ejecutivo autonómico.

En ese sentido, ha afirmado que el Gobierno Vasco "se tiene que hacer responsable" de que el trabajo de los taxistas sea "remunerado y rentable", tomando en cuenta que los taxistas estiman una subida de tarifas para el próximo año de un 13% ó un 14% para quien tome un taxi.

En declaraciones a Europa Press, Musons ha explicado que las tarifas de los taxis, que vienen marcadas por la administración, se establecen a finales de año para el siguiente ejercicio y que "es raro" que se establezcan modificaciones a mitad de ejercicio.

Por ello, y en relación a la subida del carburante, ha reconocido que no se ha realizado ninguna modificación. "Las tarifas son las mismas que en enero y no ha habido ninguna modificación por el aumento del carburante", ha dicho.

El representante de los taxistas vascos ha manifestado que el aumento en el precio del combustible lo asume el autónomo, el taxista, que "sigue cobrando lo mismo por una carrera, teniendo más costes de explotación".

Sin embargo, ha subrayado que el taxi "no tiene como su mayor gasto el combustible" y que debe tomarse en cuenta el sueldo del propio conductor, "que al final tiene que vivir". Según ha precisado, cuando los usuarios se montan en el taxi, no están pagando únicamente el combustible, sino también el vehículo, los impuestos, el mantenimiento, el IVA correspondiente, que en el caso del taxi es del 10% "y se está pagando porque una persona está ofreciendo un servicio".  

Costes "disparados"

Tras resaltar que se han "disparado bastante" los costes, aunque no es lo mismo un taxista urbano que otro que realiza interurbanos, ha apuntado que se "está llegando a pagar" entre 200 y 500 euros más al mes" en el caso de todos aquellos que cuentan con vehículos de combustión.

Musons ha destacado que la administración les está ayudando, el Gobierno central con la subvención de 300 euros para los taxi, así como la reducción de 20 céntimos en el precio del combustible, mientras que las petroleras "también se han puesto las pilas" y han realizado también algún descuento extra, a lo que se suma, según ha señalado, los descuentos conseguidos como Federación, lo que permite "paliar un poco" el incremento en los combustibles.

Según los datos del INE, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha crecido en julio en Euskadi un 10,5% en la tasa anual. Tomando en cuenta esta cifra, el presidente de la Federación vasca del Taxi ha recordado de que en el caso de transporte y, en este caso del taxi, para aplicar las tarifas se calcula el IPC de agosto a agosto.

Musons ha declarado que de agosto del año pasado a diciembre se produjo una subida de casi un 3%, que si se suma al "10% que llevamos", los taxistas estiman una subida de tarifas para el año 2023 de un 13% ó un 14% para quien tome un taxi.   

La subida del IPC

Asimismo, ha dicho que se informó al Gobierno vasco de que la subida del IPC en el último trimestre del año pasado se había "disparado" al 3% y no pudo ser aplicado en las tarifas, a lo que el Ejecutivo autonómico respondió que el IPC se calcula de agosto a agosto.

Según ha criticado, el Gobierno vasco "se agarró al IPC" y se estableció una subida inferior al 3%. "El IPC de agosto a agosto para establecer la subida de tarifas de 2023, rondará el 13% y habrá que solicitar al Gobierno vasco que les suban el IPC correspondiente", ha sostenido.

No obstante, ha asegurado desconocer si la subida alcanzará el nivel del 13%, porque "el Gobierno vasco es el que tiene la última palabra y son ellos los que ponen las tarifas" y el "año pasado no quisieron atender a lo que les estábamos solicitando", porque en el último trimestre del año pasado se registró un "incremento superimportante del IPC y del combustible" y no les "hicieron ni caso". "Pasaron olímpicamente de nosotros", ha reprochado.

Borja Musons ha considerado que este año, con el IPC de agosto a agosto, se van a encontrar con una subida "bastante fuerte", aunque ha reiterado que la última palabra respecto a tarifas la tiene el Gobierno vasco, no los taxistas.  

Reunión con el Gobierno autonómico

Por ello, la Federación ha solicitado tener una reunión con el Gobierno vasco para septiembre, "lo antes posible", para ver qué "van a hacer", porque "todo se les ha disparado a los taxistas", pese a lo cual están "callados" y no están "ni protestando ni armado lío", pese a que algunos taxistas "están llevando a casa 400 euros menos todos los meses", pese a las ayudas, "porque el resto de gastos los tienen igual".

En la reunión de septiembre pedirán hablar "de qué hacer con las tarifas del 2023", aunque ha vuelto a subrayar que "las tarifas son las que marca la administración", que "la última palabra siempre es del Gobierno vasco" en tarifas interurbanas, mientras que en urbanas son los ayuntamientos los que las marcan y el "propio Gobierno Vasco se tiene que hacer responsable" de que el trabajo de los taxistas "sea remunerado y sea rentable".

Respecto al límite de velocidad a 30 kilómetros por hora en Bilbao y otras localidades, Musons ha asegurado que la medida está "trayendo muchos problemas", por "nadie respeta" el límite, "ni la policía" y a los taxistas que están todo el tiempo en la calle, les afecta" y les "han puesto alguna multa".

Por ello, ha solicitado que "los que multan" cumplan con la medida establecida y con otras normativas de tráfico, "porque están poniendo la ciudad tan complicada para conducir que es difícil". Ha pedido también que en aquellos lugares donde "no es necesario aplicar esa norma", porque la norma europea indica que donde existen dos carriles y en ciertas vías se puede superar esa velocidad, el Ayuntamiento de Bilbao lo contemple.