El Banco Central Europeo (BCE) autorizó este jueves la creación de un mecanismo antifragmentación para evitar que se disparen las primas de riesgo de algunos países de la zona euro y evitar así incrementos injustificados de las condiciones de financiación en los mismos.

Se trata de un Instrumento para la Protección de la Transmisión (Transmission Protection Instrument o TPI por sus siglas en inglés) que el BCE considera necesario para garantizar la transmisión efectiva de su política monetaria y consiste en la compra de forma extraordinaria de deuda de cualquier país, a criterio de la propia institución.

De esa forma, busca evitar que el mercado penalice a algunos países y se incremente la rentabilidad que exigen por su deuda, lo que acabaría complicando que el BCE pueda cumplir con su mandato de estabilidad de precios, esto es que la inflación quede en el entorno del 2 %.

El TPI será una herramienta adicional del BCE y se podrá activar para "contrarrestar" movimientos del mercado de deuda "desordenados e injustificados" que representen una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria en toda la zona euro.

De este modo, el Eurosistema podrá realizar compras en el mercado secundario de deuda emitida en países cuyas condiciones de financiación empeoren sin que esté justificada por la situación económica del país.

El volumen de las compras, añade el BCE, dependerá de la gravedad de los riesgos para transmitir la política monetaria. "No se han establecido restricciones ex ante para las compras", recalca la institución.

Compras de deuda pública de cualquier país

Bajo el mecanismo antifragmentación se llevarían a cabo compras de deuda pública de cualquier país, ya sea por parte del Estado o por regiones, con un vencimiento residual de entre uno y diez años, pero el BCE deja abierta además la posibilidad de considerar compras de deuda privada, "si corresponde".

El Consejo de Gobierno del BCE tendrá en cuenta distintos criterios, por ejemplo que los países sigan políticas económicas fiscales "sólidas y sostenibles", antes de decidir si el Eurosistema puede hacer compras bajo el TPI.

Para activar las compras del TPI se tendrá en cuenta el cumplimiento del marco fiscal de la Unión Europea (UE) por parte de un país, como no estar sujeto a un procedimiento de déficit excesivo o no tener desequilibrios macroeconómicos severos, pero también se tendrá en cuenta la sostenibilidad fiscal y su política económica.

Pero el BCE insiste en que su decisión de activar el TPI se basará en una evaluación exhaustiva de los indicadores de mercado y transmisión, una evaluación de los criterios de elegibilidad y un juicio de que la activación de las compras bajo el TPI es proporcional al logro del objetivo principal del banco central.

Con el programa de compras del TPI, el Eurosistema acepta el mismo trato que el resto de los acreedores privados o de otro tipo con respecto a la deuda pública.

Aun así, el BCE insiste en que antes de poner en marcha este mecanismo "extraordinario", seguirá contando con el programa de compras de emergencia frente a la pandemia, conocido como PEPP, que seguirá siendo la primera línea de defensa.