Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) no lograron hoy dar el impulso político necesario para que Hungría levante su veto a sancionar las importaciones de petróleo de Rusia y sacar adelante la sexta ronda de sanciones contra Moscú por la invasión de Ucrania.

"Seguimos discutiendo, por desgracia hoy no ha sido posible llegar a un acuerdo para finalizar el sexto paquete de sanciones", informó el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, en una rueda de prensa al término del Consejo de ministros, en el que se intercambiaron además puntos de vista con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba.

Según dijo, el asunto volverá al Comité de Representantes Permanentes de la UE, en el que los embajadores de los Veintisiete "continuarán discutiendo", ya que "seguimos con las mismas dificultades sobre la unanimidad sobre el veto al petróleo".

Los Estados miembros aún no han alcanzado la unanimidad necesaria para concretar la propuesta de la Comisión Europea del pasado 4 de mayo de un nuevo paquete de sanciones contra Rusia que incluya la prohibición de importar su petróleo en seis meses y, el refinado, en ocho meses.

En la propuesta se prevén también sanciones a grandes bancos rusos y medidas selectivas contra el patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Rusia, Kiril, o responsables de atrocidades en Ucrania.

Aunque se ofreció ampliar los plazos de veto a las importaciones de crudo ruso para Hungría o Eslovaquia, muy dependientes de ellas, Budapest sigue oponiéndose a la medida.

Preguntado por la cuestión, Borrell rechazó que haya una relación entre la posibilidad de excluir al patriarca de la próxima lista de sancionados y que Hungría vaya a levantar su bloqueo a un embargo petrolero.

"La discusión de hoy ha clarificado algunos asuntos sobre las dificultades que afronta Hungría", explicó, que se pueden medir en el tiempo, que tardará en adaptarse, o en el coste que se requiriera para ello.

Así, por una parte Hungría, que no tiene salida al mar y no puede recibir a barcos petroleros, debería adaptar su estructura de refinerías y la capacidad de los oleoductos para que llegara el crudo desde el Mediterráneo a través de Croacia, indicó Borrell, que aludió también al "coste estructural permanente" por tener que pagar más caro petróleo de otra procedencia.

"Las relaciones de fuerzas, los equilibrios geopolíticos, las alianzas, la geopolítica de la energía, cambiarán drásticamente tras esta guerra", aseveró el político español.

En cualquier caso, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, aseguró no tener miedo a que se rompa la unidad que la UE ha mantenido durante los cinco paquetes de sanciones anteriores porque "el apoyo" a estas nuevas medidas "es muy grande", y aunque "hay alguna reticencia por parte de algún país, lo ha planteado de manera constructiva".

Borrell también aseguró que en el Consejo hoy acordaron proporcionar 500 millones de euros adicionales del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para la entrega de armas a Ucrania, con lo que el total asciende a 2.000 millones.

Balcanes occidentales

Los ministros de Exteriores también abordaron hoy la situación en los países de los Balcanes Occidentales en un almuerzo con sus homólogos de esa región.

Borrell instó a Serbia a que se sume a las sanciones occidentales contra Rusia y aseguró que mantener "vínculos estrechos" con el régimen del presidente ruso, Vladimir Putin, "no es ya compatible con construir un futuro común con la Unión Europea".

"Los ministros expresaron su clara expectativa hacia los socios, como futuros Estados miembros, de que se comprometan con los valores europeos y la política exterior europea. Los que aún no han hecho eso, y Serbia es uno de ellos, deberían tan pronto como puedan intensificar su alineamiento e implementar sanciones", señaló.

Por otro lado, Borrell consideró que los Veintisiete deben desbloquear ya el inicio de las negociaciones sobre la adhesión a la Unión Europea de Albania y Macedonia del Norte y confió en que ese paso se pueda dar durante la presidencia francesa de la UE, que concluye el próximo 30 de junio.

Calificó el retraso en la apertura de las negociaciones de "insostenible" y añadió que la situación perjudica tanto a los dos países como al club comunitario.

"Nos está costando a nosotros y a la región demasiado en términos de credibilidad y perspectiva política. Es un regalo a Rusia", concluyó.