La UE permitirá ayudas públicas para duplicar la producción de chips

La Comisión Europea quiere permitir a los Gobiernos conceder ayudas de Estado para incrementar la producción de chips en la Unión Europea, que se ha propuesto duplicar su fabricación en la próxima década, aunque con salvaguardas para evitar subsidios desproporcionados. "La Comisión podría considerar mejorar el apoyo público para abordar posibles agujeros de financiación en el ecosistema de semiconductores, en particular para el establecimiento en Europa de instalaciones de vanguardia", adelantó la vicepresidenta de Comepetencia, Margrethe Vestager.

Estas ayudas, añadió Vestager, "serían evaluadas sobre la base de los Tratados europeos y, como siempre, estarían sujetas a fuertes salvaguardas para asegurar que son necesarias, apropiadas y proporcionadas". Bruselas asegurará también "que se minimiza la perturbación indebida de la competencia" y que "los beneficios sean compartidos ampliamente y sin discriminación en toda la economía europea", añadió la comisaria, adelantando parte de la comunicación (documento no legislativo) sobre la revisión. "La economía europea necesita un suministro seguro de semiconductores para lograr sus objetivos de la Década Digital y el objetivo que nos hemos fijado para 2030, pero hoy dependemos del suministro de un número limitado de empresas y zonas geográficas que nos hacen vulnerables a las restricciones a las exportaciones de terceros países y conflictos geopolíticos", dijo.

La pandemia ha provocado una escasez mundial de chips, que ha obligado a algunas industrias europeas a paralizar su producción y puesto de relieve la dependencia de la UE de Asia para la producción de chips. Para ganar autonomía, Bruselas propuso en marzo duplicar su producción de semiconductores, incluidos los de última generación, de modo que en 2030 represente el 20% de la fabricación global, para lo cual presentará en 2022 una nueva Ley Europea de Chips.

A falta de los detalles, el comisario responsable de la medida, el francés Thierry Breton, quiere que la estrategia incluya la construcción de "mega-fábricas" de chips en territorio europeo, así como un impulso a la investigación, cooperación con terceros países y la creación de un fondo para financiar la tarea.