Los jueces vascos han anulado el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado por la dirección de la compañía siderúrgica Tubacex con 129 despidos de trabajadores, al considerar que no se puede despedir coyunturalmente por el covid, y obligan a la firma a readmitirlos en plantilla pese a que la empresa sigue en pérdidas y con un futuro complicado por la transición hacia una economía menos dependiente del petróleo. La compañía ha anunciado que recurrirá al Tribunal Supremo español con lo que la situación de la empresa, salvo mejora notable de la demanda de tubos de acero inoxidable sin soldadura para el sector de oil&gas, seguirá complicándose durante los próximos meses hasta la resolución judicial definitiva.

Ayer martes se hizo pública la decisión del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) anulando el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) presentado por la compañía alavesa Tubacex y que incluía 129 despidos de trabajadores en las plantas del grupo en Amurrio y Laudio, ambas en tierras de Araba. Los magistrados han declarado nulos los despidos y han decretado la readmisión de los operarios en sus puestos de trabajo. El juicio se había dividido en dos procesos distintos. El de TTI, con 102 despidos, ha sido juzgado por Garbiñe Biurrun y el de Aceralava, por la sala del juez Juan Carlos Iturri.

La empresa siderúrgica dirigida por Jesús Esmorís ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo español argumentando, como ya hizo en su momento, que el citado ajuste laboral, con la consiguiente reducción de costes fijos, era fundamental para garantizar el futuro de las fábricas. Desde Tubacex añaden que "es incomprensible que no se tenga en cuenta que los sectores del gas y el petróleo, (los principales clientes de sus tubos de acero inoxidable sin soldadura), afrontan un cambio de modelo de negocio afectado por la transición energética y la descarbonización".

En esta línea argumental, teniendo en cuenta la apuesta por la electrificación en detrimento de los combustibles fósiles, desde el grupo siderúrgico vasco defienden que su situación de pérdidas es un problema estructural, "por la delicada situación de las plantas" durante los últimos años, y "no coyuntural", en el sentido de que los sindicatos argumentan que la crisis está "unida a la pandemia de covid-19, que comenzó en 2020".

Como se recordará, la compañía alavesa Tubacex está instalada en los números rojos pues ha cerrado el primer trimestre del año con unas pérdidas de 16,4 millones de euros y unas ventas de sólo 86,5 millones, un 43,7% menos que en el mismo periodo del año anterior, unos resultados marcados por la caída del mercado, según fuentes del fabricante vasco de tubos de acero. La menor actividad productiva y el coste económico del ajuste laboral ha hecho que la deuda financiera de la compañía haya aumentado en 12,3 millones de euros.

Un problema es que estos resultados negativos se acumulan a los obtenidos en 2020, año en el que Tubacex perdió 25,3 millones de euros tras cerrar el ejercicio con unas ventas de 479,6 millones de euros, un 21,8% menos que el año anterior, y un resultado bruto de explotación (ebitda) de 38,1 millones de euros, un 43,2% menos que en 2019.

La resolución judicial vasca no va a solucionar el problema de una empresa en cuyas plantas vascas los sindicatos habían convocado huelga indefinida por los despidos del ERE, paros secundados por gran parte de la plantilla y que ya suman 146 días de protestas.

Las sentencias de los jueces vascos, han sido emitidas por dos salas del TSJPV y en ambas resoluciones se da la razón a las tesis esgrimidas por los sindicatos ELA, CCOO, STAT, y LAB, que impugnaron el ERE. El ajuste en las plantas vascas era el último fleco de un plan de reordenación de todo el grupo siderúrgico que incluía 500 despidos en una veintena de instalaciones fabriles sitas en diferentes países. El objetivo de la compañía era reducir costes en torno al 20% en una plantilla global de 2.500 trabajadores.

La planta laudiotarra es la que acumula más pérdidas. Sus problemas se agudizaron cuando Tubacex perdió un gran contrato con Irán por el embargo político del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Huelga

146 días de paros llevaban el grueso de las plantillas de las plantas alavesas de Tubacex en contra del ERE puesto en marcha por la dirección de la compañía siderúrgica vasca fabricante de tubos de acero inoxidable sin soldadura para intentar reducir costes en un 20% ante la caída de demanda.