Las empresas vascas del sector eólico miran con optimismo el espléndido futuro de las energías renovables en medio del proceso de reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera. Y uno de los países que más va a apostar por esta transición energética en los próximos años es Estados Unidos, de la mano de la administración liderada por el presidente Joe Biden. De hecho, el país norteamericano va a entrar de lleno en la eólica marina con proyectos como los de la filial de Iberdrola, Avangrid, Vineyard de 800 Mw. En los próximos años se estima que están proyectados hasta 40 Gw offshore en la costa Este estadounidense, con unos 25-30 Gw en 2030.

Y ello supone unas inversiones anuales de cerca de 12.000 millones de dólares. Este es un importante pastel económico del que empresas vascas, Siemens Gamesa, Haizea Wind, Navacel etc, podrían participar siempre que no se implanten medidas proteccionistas en forma de aranceles o cuotas de producción local, porque no hay que olvidar que el Estado español es el tercer mayor exportador mundial de aerogeneradores tras Dinamarca y Alemania, con unas ventas en el exterior de más de 2.000 millones de euros al año.

Pues bien este pastel económico también lo han visto las empresas norteamericanas fabricantes de equipos y, en línea con la política proteccionista de Donald Trump, American first, la nueva administración USA parece estar dispuesta imponer aranceles a las exportaciones vascas de equipos por considerar que aprovechando sus economías de escala en Europa estarían intentando consolidarse en Estados Unidos con precios que, según los norteamericanos, estarían lindando con el dumping.

La Administración de Comercio Internacional, dependiente del Departamento de Comercio del Gobierno Biden, ha determinado que los exportadores de componentes eólicos del Estado español están vendiendo parte de su material por debajo de coste en el país norteamericano. Por ello, en la administración USA entienden que estarían incurriendo en dumpingdumpin con un claro perjuicio para la industria estadounidense, lo que conllevaría la imposición de tasas para contrarrestar este daño.

En un análisis preliminar, la administración federal de Washington dictamina que empresas como las vascas Siemens Gamesa o Haizea Wind, pero también Kuzar, Windar, Vestas y Acciona, así como otros fabricantes estarían vendiendo sus equipos, en especial las torres eólicas, con un margen de dumping Aunque los aranceles aún no son definitivos, el Departamento de Comercio ha ordenado a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. que suspenda la liquidación de las entradas de mercancías en cuestión.

Las compañías vascas prefieren mantenerse en silencio y solo indican que los precios de la eólica offshore han bajado de manera notable en América pues en 2017 se contrataba a 150 dólares por Mw y ahora se está haciendo a 65 dólares.

El Gobierno de EE.UU. lanzó una investigación en octubre de 2020 después de que empresas y asociaciones americanas como Arcosa Wind Towers, una empresa de Texas con más de 12.000 torres de eólica terrestre instaladas en Estados Unidos, y Broadwind Towers instaran a la Administración norteamericana a tomar cartas en el asunto, ya que entendían que sus competidores españoles les estaban perjudicando haciendo venta a pérdidas.

Actualmente, el sector de la energía eólica marina en EE.UU. es pequeño comparado con los desarrollos europeos. A finales de 2016 entró en operación el primero de sus parques Block Island, ubicado frente a la costa de Rhode Island, operado por la empresa Ørsted y que tiene una capacidad de 30 Mw.

Gran potencial

Pero el potencial de la eólica offshore en Estados Unidos es significativo, así el Departamento de Energía (DOE) ha declarado que tiene "un potencial de recursos técnicos" de más de 2.000 GW. Y las previsiones de Wood Mac estiman que en el horizonte de 2030 pueden estar colocados entre 25-30 Gw en las costas estadounidenses, con una instalación de al menos 4 Gw anuales a partir de 2025

Para poner estas cifras en perspectiva, hay que recordar que las instalaciones eólicas offshore acumuladas hoy en el mundo ascienden a 29,3 Gw.

Joe Biden es un defensor de la energía eólica marina y en su plataforma política electoral incluía promesas que podrían aumentar los costos en la industria eólica al señalar que "trabajadores estadounidenses deberían construir la infraestructura estadounidense y fabricar todos los materiales que la componen".

Mientras tanto, la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. señala que los fabricantes estadounidenses estaban siendo "gravemente dañados" por las importaciones de torres eólicas.

Las empresas vascas prefieren mantener su discreción pues, por un lado, por razones comerciales no quieran dar muchos datos de su política de ventas, pero, por otro, tampoco quieren indisponerse con la administración estadounidense aunque la preocupación es amplia por temor a que se complique su presencia en un mercado con gran potencial como el estadounidense.

Haizea Wind señala que sus exportaciones a Norteamérica llegaron a alcanzar un 20% pero que ahora no son especialmente significativas.

Iberdrola, que de la mano de su proyecto estrella Vineyard Wind, con 800 Mw iniciales y 2.500 millones de inversión, puede ejercer de tractora para las compañías vascas que fabrican estructuras y equipos, también opta por la discreción dado que la autorización de estos proyectos siempre es compleja y más en EE.UU. al depender de varias administraciones, cada una de ellas sometida a la presión de sus lobbys correspondientes.

Su filial, Avangrid, se adjudicó Vineyard Wind en mayo de 2018 y lo rentabilizará gracias a un contrato de suministro a largo plazo (PPA) de 20 años de duración con las eléctricas de Massachusetts. Cobrará unos 65 dólares por Mw.

Eólica Marina

Mundo. En todo el mundo hay instalados 29,3 GW de eólica 'offshore', siendo el Reino Unido el mercado más desarrollado con el 33% del total. En total, la eólica mundial, 'onshore+offshore', tiene 650 Gw. En el Estado español hay 27,4 Gw, quinto país del mundo

Estados Unidos. El país norteamericano que cuenta con 100 Gw terrestres instalados, el segundo mayor mercado mundial, apenas tiene desarrollo 'offshore'. Un informe de Wood Mac señala que en 2030 podría contar con entre 25 y 34 Gw instalados .

73%

Supuestos 'dumping' en las torres eólicas vendidas en EE.UU.