La carrera por posicionarse en el hidrógeno verde como fuente energética de futuro ha llegado a Euskadi con fuerza. Dos grandes compañías energéticas vascas como Iberdrola y Petronor han puesto en marcha sendas iniciativas para contar con electrolizadores para producir hidrógeno en los próximos años.

Iberdrola ha alcanzado un acuerdo con la empresa vasca Ingeteam para constituir la sociedad Iberlyzer y montar una fábrica capaz de producir electrolizadores de gran tamaño. El proyecto industrial de Iberlyzer supondrá una inversión cercana a los 100 millones de euros y generará empleo cualificado directo para 150 personas.

Iberlyzer comenzará su operación el próximo año, con el fin de suministrar más de 200 (MW) de electrolizadores en 2023.

Petronor, con Sener de socio, también pretende empezar a operar en 2022 pero sólo alcanzaría producciones de 100 Mw en el año 2025.

Tanto Iberdrola como Petronor cuentan con socios tecnológicos, además de las compañías vascas citadas, foráneos. La eléctrica bilbaina ha firmado un acuerdo con Nel Hydrogen Electrolyser, división de la compañía noruega Nel ASA que fabrica electrolizadores alcalinos en Noruega y de membrana PEM en Estados Unidos.

Por su parte, Petronor lo ha hecho con la belga John Cockerill, una compañía que tiene experiencia con Shell en electrolizadores alcalinos.

Ambos grupos energéticos vascos señalan que el objetivo de los acuerdos firmados con Ingeteam y Sener, respectivamente es promover la cadena de valor de la tecnología del hidrógeno tanto en el País Vasco como en España. La generación de hidrógeno no es complicada. Se logra por electrólisis desde hace dos siglos y el mayor problema es el coste de la electricidad necesaria en el proceso. El método conocido como electrólisis alcalina se ha utilizado comercialmente desde los años 60 del siglo pasad. Utiliza una célula con un cátodo, un ánodo y un electrolito basado en una solución de sales cáusticas. Cuando se aplica voltaje, el agua se descompone en la solución alcalina. El hidrógeno se forma en el cátodo y el oxígeno en el ánodo. Entre los dos electrodos hay una membrana que solo permite el paso de los iones cargados negativamente de oxígeno e hidrógeno (OH-), y separa así los gases. El electrolito es líquido, lo que significa que el electrolizador alcalino requiere más equipos periféricos por lo que tiene unos costes de mantenimiento relativamente altos.

El método de electrólisis más reciente utiliza una membrana de intercambio de protones (PEM). Invierte el principio de la pila de combustible y no precisa electrolito líquido.