bilbao - La dirección de la cooperativa Batz, propietaria de Araluce, ha presentado una denuncia contra varios trabajadores de esta última por “amenazas e insultos”, a raíz de los hechos ocurridos en la noche del 7 al 8 de noviembre, cuando Batz procedió al cierre patronal de Araluce y la Ertzaintza tuvo que desalojar a los operarios del turno de noche. La denuncia, confirmada ayer por la cooperativa de Igorre, ha sido muy mal acogida por el comité de Araluce, que entiende que “dificulta aun más” la resolución del conflicto.
Fuentes de Batz aclararon ayer a este periódico que la denuncia “no va contra todos los trabajadores de Araluce” sino que se limita a quienes, “encapuchados”, intentaron evitar la salida de unos troqueles “con palos, hierros, amenazas e insultos”, aunque no especificaron el número de personas demandadas.
Fuentes de ELA, sindicato mayoritario en el comité de Araluce, consideran que la denuncia de Batz “es una salida de tono que no ayuda para nada a resolver el conflicto”. “Si Batz ha decidido tomar este camino pues veremos cómo se resuelve, pero desde luego dificulta cualquier acuerdo”, señala la central sindical respecto a la denuncia presentada en los juzgados en Durango.
La fecha del 31 de diciembre, en la que en principio está prevista la disolución de Araluce, sigue acercándose sin que a día de hoy haya “ningún diálogo abierto”, según ELA, que pide al Gobierno vasco que, si tiene alguna salida para Araluce en forma de nuevo inversor “la diga ya” en lugar de “generar falsas expectativas para dividir a la plantilla”. “Llevamos casi un año buscando un inversor para Araluce, pero el mercado está como está”, sostienen desde Batz, que asegura que ofreció a la plantilla de Araluce seguir trabajando hasta marzo para terminar unos pedidos urgentes y dar más tiempo para la llegada de un nuevo socio, algo que la plantilla rechazó y, según Batz, forzó el cierre patronal para poder sacar de la fábrica “unos pedidos urgentes”. - A. L.