Bilbao - El primer asalto de la semana de huelga convocada en el Metal de Bizkaia se saldó con un paro “histórico”, incluso por encima de las movilizaciones previas al verano, según los convocantes. La jornada enconó aún más en sus posiciones a empresarios y sindicatos, que cruzaron reproches y dejaron claro que la resolución del conflicto sigue lejos. El propio lehendakari, Iñigo Urkullu, se mojó sobre el desarrollo de las últimas negociaciones y respaldó la postura de la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM) valorando que “ha hecho todo lo posible” por llegar a un acuerdo. En cambio, censuró la postura de los sindicatos y consideró que el anuncio de un otoño caliente ya desde antes del verano es lo que ha propiciado su “falta de voluntad” de llegar a un punto de entendimiento en la industria vizcaina.

En general patronal y sindicatos ofrecieron cifras de seguimiento similares a las de las cinco jornadas de paro de mayo y junio -el 85%, según las centrales y algo menos del 25% para la FVEM-, lo que indica que cuanto menos la movilización mantiene el impulso. Ayer la huelga afectó a la producción de grupos clave del territorio como Ormazabal, Sidenor o Petronor, así como a “muchas pequeñas empresas”.

La primera de las manifestaciones organizadas esta semana, que partió de la sede de la FVEM en Bilbao para confluir con la protesta del lunes de los pensionistas en el Arriaga, contó con la participación de 15.000 trabajadores, según los organizadores.

Una demostración de fuerza amplificada por la unidad sindical -a ELA, LAB, CC.OO. y UGT se han unido otras centrales como ESK, CGT, CNT o LSB-USO- con la que los sindicatos pretenden forzar un cambio de posiciones en la parte empresarial a partir de la semana que viene. Desde la FVEM, en cambio, el discurso se mantiene y se advierte de que la huelga es “un obstáculo” para renovar el convenio.

“Sobre todo cuando la huelga se impone mediante la fuerza y sin respetar los derechos de las personas que quieren trabajar, pues está claro que el proceso negociador da un paso atrás”, señaló a DEIA Adolfo Rey, de la FVEM, que denunció que de madrugada varias empresas de Durangaldea “han sufrido la entrada de piquetes violentos, que han causado destrozos”. “Evidentemente con esta huelga en marcha nuestra disposición a negociar no es la misma que la que teníamos la semana pasada”, remarcó Rey.

Desde el otro lado también hubo referencia a los incidentes ocurridos a primera hora en la zona de Durango, en concreto para censurar la actitud de los agentes de la Ertzaintza, que “por orden del PNV han venido a pegarnos y a amenazarnos sin dejarnos entrar a las empresas a informar”, dijo antes del inicio de la manifestación Eulate Zilonizaurrekoetxea, de LAB.

urkullu respalda a la fvem La convocatoria de una semana de huelga en un sector tan relevante como el industrial llevó a pronunciarse al lehendakari, Iñigo Urkullu, quien defendió la postura de la patronal FVEM en la mesa negociadora, en especial el movimiento realizado la semana pasada para intentar evitar la huelga, y reprochó a los sindicatos su predisposición a organizar los paros. “Por parte de las empresas de la FVEM se ha hecho todo lo posible en estos meses para intentar alcanzar acuerdos”, afirmó el lehendakari.

Al contrario, censuró que ya desde el verano los sindicatos “han mostrado disposición a esta huelga” con el anuncio de “un otoño caliente”. En ese sentido, dio a entender que ha sido la estrategia sindical de movilización social para los próximos meses la que ha condicionado la postura de las centrales en las últimas reuniones con la FVEM y, en definitiva, la que explica “su falta de voluntad de acuerdo”. “Sé de lo que estoy hablando y de las características de determinada manera de manifestarse”, dijo Urkullu en un desayuno informativo, y explicó al respecto que presenció una manifestación de huelguistas ayer por la mañana frente a su casa en Durango.

El máximo representante del Gobierno vasco optó así por posicionarse en relación a un conflicto laboral que tiene visos de alargarse en el tiempo y en el que están implicados más de 50.000 trabajadores. Sus declaraciones fueron rápidamente rechazadas por el bloque sindical, que criticó que el lehendakari tome partido de esa forma en un conflicto laboral, algo que no es habitual. “No es entendible que el lehendakari de este país se posicione tan claramente en favor de la patronal. Ha comprado el discurso del poder económico y se aleja de la gente que no llega a fin de mes y ve en riesgo su puesto porque no se garantiza la subrogación en las empresas subcontratadas”, respondió Mikel Etxebarria, de ELA.

En este mismo sentido, LAB se sumó a las críticas y pidió incluso la dimisión del lehendakari por “dar la espalda a los trabajadores” y por “ponerse del lado de la patronal”. La central que dirige Garbiñe Aranburu afirmó que Urkullu “se ha posicionado de forma pública y nítida del lado de Confebask y de la FVEM, demostrando estar muy alejado de los trabajadores y a las órdenes de la patronal”.

el conflicto se enquista Al margen de estos cruces de declaraciones, que embarraron aún más el escenario en el Metal, la negociación del convenio continúa estancada y no hay previstos nuevos contactos, como pronto, hasta la semana que viene. Hoy tendrá lugar la segunda jornada de huelga consecutiva, en la que ya muchas grandes fábricas deberán tomar una decisión sobre si mantienen la producción o no en lo que resta de semana, en función del seguimiento que recabe el paro. Ayer hubo empresas que optaron por funcionar a medio gas pese a las ausencias de personal por la convocatoria pero reconocieron a sus trabajadores que la situación no es sostenible hasta el viernes.

Por otro lado, todavía no hay fecha para abordar una siguiente reunión y, tras el intento de acercamiento de la semana pasada, que clarificó algo el panorama, en estos momentos no hay visos de una resolución cercana en el tiempo. Al contrario, todo apunta, más aún después de los reproches cruzados ayer, a que el Metal de Bizkaia encara un conflicto largo. Los sindicatos mostraron ayer su disposición a volver a sentarse, pero solo si la FVEM acepta entrar a negociar “en serio” cuestiones como la subrogación de los puestos de trabajo en las contratas.

Por otro lado, los trabajadores de la industria vizcaina contaron ayer con el respaldo de los pensionistas, que acudieron después de su concentración frente al Ayuntamiento bilbaino al Arriaga, donde concluyó la manifestación del Metal. Allí, los portavoces del movimiento de pensionistas mostraron su solidaridad con los huelguistas y les animaron a continuar con su lucha para mejorar sus condiciones de trabajo.