BILBAO - Los convenios vascos vuelven a dar un paso atrás después de la tímida reacción del año pasado. Entre enero y abril se han cerrado menos acuerdos que en 2018 y con prácticamente la mitad de trabajadores afectados. Un retroceso que se ha dejado sentir en el incremento salarial medio, que vuelve a caer por debajo de la frontera del 2%. El bloqueo ha llevado a los sindicatos a recurrir a la movilización en sectores clave como las residencias de Gipuzkoa, la educación concertada o el metal de Bizkaia, que celebra hoy una nueva reunión con cuatro días de huelga a la vista. De cómo se desarrollen estos conflictos depende en gran medida el medio plazo de la negociación colectiva vasca.

Los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) confirman que en el inicio de este año se ha producido un nuevo parón en el ritmo de firma de convenios. Un jarro de agua fría cuando parecía que la negociación colectiva recuperaba temperatura. En los primeros cuatro meses de este año han renovado sus condiciones algo menos de 25.000 trabajadores vascos, de los que 19.500 han firmado un acuerdo de ámbito de la CAV. Representan solo un 4,6% de todos los trabajadores que están bajo el paraguas de un acuerdo colectivo.

La cifra es muy inferior a los más de 36.000 asalariados que renovaron su convenio hasta abril de 2018. Se nota sobre todo la pérdida de ritmo en Bizkaia, que el año pasado firmó cuatro sectores importantes entre enero y abril. En total se han renovado este año en la CAV 5 convenios de sector y 60 de empresa, por los 7 sectoriales y 65 de empresa de 2018. Especialmente estériles han sido los meses de marzo y abril, en los que solo se ha firmado un sector, el de los comedores escolares que dependen del Gobierno vasco.

En el terreno de la negociación colectiva el punto de partida nunca es similar dos años seguidos puesto que muy pocos convenios se firman con una duración de un único ejercicio. Aun así, quedan muchos sectores pendientes, en especial en Bizkaia y Gipuzkoa, como para haber dado continuidad al impulso del año pasado. Es precisamente el territorio vizcaino el que, transcurrida casi una década desde que comenzara el rosario de reformas que han impactado sobre el marco vasco de relaciones laborales, tiene la llave del desbloqueo.

La negociación colectiva está bastante saneada en Araba, donde CC.OO. y UGT son mayoría en muchos sectores, y más paralizada en Gipuzkoa, el territorio de la CAV donde la suma ELA-LAB tiene mejores cifras. Bizkaia es en este sentido un punto de equilibrio que, unido al mayor número de trabajadores, puede determinar el futuro de las relaciones laborales en Euskadi.

Dentro del capítulo vizcaino la piedra de toque es el sector del metal, abocado al conflicto después de casi diez años de parálisis en las negociaciones. El último convenio de la industria vizcaina, con 50.000 trabajadores, terminó en 2011 pero únicamente contó con el apoyo de CC.OO. y UGT, aunque en la práctica se ha hecho extensible a la mayoría de pequeñas y medianas empresas. Desde entonces se han hecho varios intentos por parte de la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM) y los sindicatos para recuperar la vía del acuerdo, pero primero las reformas y ahora la pérdida acumulada de poder adquisitivo han levantado un muro entre ambas partes.

hoy, nueva reunión Tras la huelga del 23 de mayo hay programadas otras cuatro jornadas más de paro este mes -los días 6, 7, 20 y 21-, si bien los sindicatos se reúnen hoy lunes con la FVEM para tratar de acercar posturas. En el encuentro de hoy volverán a estar sobre la mesa las principales reivindicaciones de los sindicatos, entre otras subidas por encima del IPC y el pago de atrasos desde enero de 2018 y medidas para reducir la subcontratación y la temporalidad.

Se trata de la última oportunidad para evitar las dos jornadas de huelga de esta semana, aunque a estas alturas no parece probable que vaya a haber un acuerdo hoy. Tampoco parecen dispuestos CC.OO. y UGT a reeditar un convenio en minoría, por lo que todo apunta a que la resolución del conflicto tardará en llegar.

En parecida situación están los trabajadores de la enseñanza concertada de Euskadi, unos 9.000, también inmersos en paros y movilizaciones para actualizar sus condiciones, pendientes también desde hace cerca de diez años. La consecución de un acuerdo en estos dos sectores, además de sacar del cajón dos convenios de mucho peso, supondría la renovación de los salarios de 60.000 vascos. Además, hay conflictos abiertos en sectores como la ayuda a domicilio de Bizkaia o las residencias de Gipuzkoa, que en caso de acuerdo también alimentarían ese salto adelante de la negociación colectiva. Un acuerdo en el metal de Bizkaia podría espolear las negociaciones en el convenio de la industria guipuzcoana, el otro gran pilar del marco laboral vasco con más de 50.000 trabajadores.