BILBAO. No lo verbaliza pero el veterano empresario vasco, Juan Luis Arregui, vicepresidente de Iberdrola hasta ayer mismo, está muy dolido tras el sacrificio realizado, "uno más en mi vida empresarial", en aras del interés de la compañía eléctrica vasca. "Euskadi es una tierra de empresarios e Iberdrola, un referente, Por ello para un vasco como yo, un vizcaino de Mallabia al que su padre como regaló de bodas le dio 60 acciones de Iberduero, todo lo que podía darme, estar 15 años en una empresa como Iberdrola y asistir a su crecimiento ha sido el mayor motivo de orgullo profesional de mi carrera. El balance es positivo", afirma.

¿Por qué renuncia el primer accionista individual de Iberdrola a seguir en el consejo?

Para no perjudicar una propuesta industrial, en la que creo firmemente, por mi posición en la papelera Ence de la que soy presidente. Durante cuatro años he compatibilizado sin problemas mi trabajo en ambas empresas: como consejero independiente de Iberdrola, centrado en el consejo y sin ninguna responsabilidad en la gestión, y como presidente de Ence. Y no ha habido nunca el mínimo conflicto de interés porque siempre se han cumplido estrictamente las normas de gobierno corporativo de ambas empresas. Sin embargo, últimamente se ha querido hacer hincapié en esta doble condición, nada nuevo por otra parte, para intentar modificar el proyecto empresarial de Iberdrola. Y este proyecto empresarial, y conozco algunos en mi vida laboral, Gamesa, Guascor, Cesa..., es muy importante para mí porque son 15 años en la casa, y lo digo no sólo desde el punto de vista de mi participación como accionista. Por eso he decidido renunciar, voluntariamente, para cortar de raíz cualquier especulación de un supuesto conflicto de interés.

Dadas las presiones de otro accionista, ACS, para entrar en el consejo, ¿su decisión de dimitir ha sido voluntaria?

Totalmente. Ha sido un decisión pensada, voluntaria y siendo consciente de todas sus implicaciones. Quienes me conocen saben de sobra que no podría haber sido adoptada de otra manera. El tiempo dirá si ha sido acertada o no.

De todas formas es difícil de entender qué tiene que ver una papelera con una eléctrica en relación a una posible competencia.

La verdad es que nadie que conozca de qué estamos hablando se le ocurriría hablar de conflicto de interés. En Ence, al fabricar la celulosa, no aprovechamos toda la madera y pensamos que una forma de aumentar la competitividad era utilizar dichos residuos, que son muy importantes, para generar electricidad vía el uso de la biomasa resultante de nuestros procesos productivos. Iberdrola es un líder mundial en energías renovables y en el ámbito de la biomasa su presencia es irrelevante. Iberdrola sólo cuenta con 2 megavatios (MW) de potencia mediante esta tecnología frente una capacidad total de casi 44.000 MW. Se ve claramente que el proyecto de Ence no tiene nada que ver con el de Iberdrola. La fortaleza de la papelera es la producción industrial de celulosa. Pero, prácticamente, desde siempre la compañía ha aprovechado la lignina derivada de la madera para el propio proceso industrial y la energía sobrante se vendía a la red en forma de electricidad. Esta generación es un elemento de eficiencia productiva de la celulosa pero es sólo un subproducto. Ahora se ha querido potenciar la eficiencia energética y la utilización de otros materiales renovables para generar energía como la biomasa. En Ence lo que hemos hecho ha sido potenciar este uso de la biomasa para poder seguir centrados en el negocio básico de la celulosa. Lo único que hacemos es continuar mejorando nuestra posición competitiva en el mercado de la pasta. En este sentido, el plan presentado por Ence recientemente no cambia cualitativamente nada y sólo viene a reforzar esta estrategia.

¿Seguirá siendo accionista de Iberdrola?

Sin duda. Quiero dejar claro que mi decisión en absoluto se debe a ninguna discrepancia con la estrategia de Iberdrola. Muy al contrario. Mantendré mi posición como accionista precisamente porque confío totalmente en esta estrategia y en la gestión que está realizando mi buen amigo Nacho Galán con su equipo. Creo que mi decisión no hará más que reforzar el magnífico proyecto de crecimiento sostenible a largo plazo de Iberdrola. Todos conocen el modelo de la eléctrica vasca, una gran compañía de generación y distribución de electricidad, que está presente ya en más de 40 países y cuyo tamaño le permite competir con gigantes energéticos como E.On, RWE o EDF.

En la época en que se habló del interés de la francesa EDF por Iberdrola, se posicionó en contra de que una compañía extranjera entrase en la eléctrica, como aconteció en Endesa, por temor a que se pudiese trocear la compañía. ¿Qué le parece el intento del PSOE de eliminar la limitación de voto de los accionistas en las juntas?

Mal, muy mal. La mejor forma de proteger a los accionistas minoritarios es, como dijo el presidente de la compañía el otro día, obligar al que quiera controlar la empresa a que lance una opa para que pueda beneficiarse todo el mundo. Si el Gobierno español quiere trocear la compañía que nos lo diga que nadie lo va a hacer mejor que nosotros que conocemos todas las bondades de la sociedad. Parece que la gente no se entera y no recuerda como han acabado Dragados, Unión Fenosa, Endesa...