Los pagos con dinero en efectivo han ido perdiendo protagonismo en favor de las tarjetas y de transferencias a través de las aplicaciones de las entidades bancarias o de fórmulas de éxito como Bizum.

Pero independientemente de los nuevos hábitos de consumo (cana vez se compra más por internet) y de pago el uso de los cajeros automáticos para sacar dinero en efectivo es uno de los más habituales a todas las edades.

Sencillo, rápido, cómodo, sin esperar colas en las oficinas, hacerse con dinero en efectivo es una operación habitual en las entidades financiaras.

Pero hay ocasiones en las que tienes que acudir al cajero a por cantidades importantes, más allá del habitual dinero de bolsillo para no quedarnos sin efectivo en la cartera o para pagar pequeñas cantidades en algunos establecimientos.

En estos casos las entidades financieras siguen cada una de ellas una política comercial diferente y también diferentes límites respecto a los límites en las extracciones.

En general la mayoría de los bancos tienen cifrada esta cantidad en 600 euros, aunque debes tener en cuenta que puede variar ya que no es una cantidad fija. Algunas entidades pueden llegar incluso al límite legal.

Además, el límite de dinero que se puede retirar de un cajero automático lo establecen los propios clientes en el momento de la apertura de la cuenta y de la firma del contrato con la entidad sobre las condiciones y características de la tarjeta. Allí se determina el importe máximo de efectivo que se puede sacar al día, pero también se puede establecer un importe máximo por tarjeta. La mayoría de las veces estos límites se fijan por seguridad y teniendo en cuenta el uso habitual de estas operaciones.

Con una salvedad, que la retirada se asocia directamente a la tarjeta y no a la persona, por lo que, si una persona tiene más de una cuenta, puede hacer varias retiradas simultáneas con las tarjetas que estén a su nombre pertenezcan a ellas. Además, si el titular de una cuenta tuviera varias tarjetas para una misma cuenta, también puede hacer tantas retiradas como tarjetas tenga. 

Hay también otro condicionante. Hacienda, para prevenir y evitar el fraude fiscal, ha impuesto desde 2021 un límite, que no se puede superar: 3.000 euros sin justificación. La normativa establece que se quiera extraer una cantidad superior deberá necesitar un justificante de la oficina bancaria, que notificaría el movimiento tanto al Banco de España como a la Agencia Tributaria.

Lo mismo pasa si efectúas un ingreso por una cantidad superior a los 3.000 euros en tu cuenta bancaria. Todo ello con independencia de que se trate de un ingreso puntual o periódico. Y especialmente si realizas operaciones con billetes de 500 euros. Aunque bien es cierto que la vigilancia estos límites en los casos particulares está más relajada que en el caso de las empresas.

A pesar de que este sería el límite máximo impuesto, a partir de cantidades de 1.000 euros o superiores, las entidades bancarias pueden solicitar incluso la identificación del usuario, "si considera que hay indicios de blanqueo de capitales o se aprecia intención de fraccionar la operación en varias operaciones menores para evitar la identificación", apuntan desde la Organización de Consumidores y Usuarios.