HACE un año Santurtzi estaba en una situación deseada por todos los clubes. Preparaba con mimo una Bandera de La Concha en la que era uno de los grandes candidatos y en la Eusko Label Liga mandaba con cierto margen antes de afrontar su tramo decisivo. Ahora, la realidad es muy distinta. Las bajas asolaron a la tripulación y tuvieron que afrontar el curso de una manera muy distinta. Los santurtziarras no estarán en la cita donostiarra y este fin de semana puede ser su despedida del curso, algo que desean. La Sotera se juega evitar el play-off y debe defender los cuatro puntos que tiene sobre Lekitarra. Dos realidades diferentes y que Andoni García (Portugalete, 1987) ha vivido de primera mano. El canterano del club santurtziarra fue uno de los pocos remeros que decidió quedarse en la tripulación a pesar de que las expectativas no eran para nada cercanas a las vividas hasta hace nada. Una decisión de la que meses después no se arrepiente.

La temporada no está siendo fácil para la Sotera. El play-off es una amenaza seria para los santurtziarra y Ares y Boiro decidirán si su temporada acaba ya con el alivio de haberse salvado o deben vivir con esa presión un mes más. “Llegamos bien, con ganas y cuatro puntos para dos regatas nos hace estar algo más tranquilos y con muchas ganas. No tenemos esa presión de que son dos puntos y se te puede colar un bote por el medio. Vas con presión, pero no tan agarrotado. Además, sabemos que en ría tenemos un puntito más que Lekittarra y eso nos da confianza”, analiza García. Salvar la temporada y evitar el play-off sería un éxito para parte de la directiva y de la afición morada. Sin embargo, el remero vizcaino es ambicioso y le hubiera gustado estar aún más arriba: “A mí personalmente me hubiera gustado estar más arriba. Hemos visto que en algunas regatas hemos tenido buenas sensaciones y hemos acabado mejor”.

Para García esta temporada es muy diferente a la anterior y reconoce que no siempre ha sido fácil encontrar esa motivación tan necesaria para disfrutar de la época estival. “Se me ha hecho muy pesado. He estado muy contento con la gente y el equipo que hemos juntado. Pero también me he llevado malos momentos porque ves que el bote no responde”, cuenta. Sensaciones extrañas para él en los últimos años. El siempre complicado paso de estar arriba peleando por todo a verse en un escenario donde los botes más poderosos hacen desaparecer su popa demasiado rápido. “Estos años atrás hemos estado andando mucho, tanto en Bermeo como en Santurtzi. Estaba en un bote competitivo y podía salir un entrenamiento regular, pero no uno malo. Aquí ha habido muchos malos y eso me comía por dentro. Pero hemos peleado, hemos sido cabezones y hemos logrado sacar el tema adelante”, añade.

Santurtzi no fue la única alternativa para García. Recibió cantos de sirena de otros clubes después de la temporada que había realizado con la trainer campeona y viendo los problemas que esta tenía. Sin embargo, el remero de Portugalete optó por luchar por el club en el que ha pasado casi media vida y tratar de ayudarle a no vivir un desenlace que estuvo a punto de ser fatal. “A mí no me gusta decir amor a los colores, no me gusta ese término. Pero me parecía muy fuerte pasar de ganar todo a la nada”, cuenta García, que reconoce que tuvo una oferta importante para marcharse: “Claro que me costó decidirme por Santurtzi, porque había una oferta que me interesaba y me dio pena no lanzarme a ella. Me pudo más no dejar el club así en esta situación, que era no sacar trainera. No sabía lo que iba a quedar, me quedé y no me arrepiento para nada de la decisión”.