bilbao - Con el amanecer del mes de septiembre, en pleno invierno de la temporada arraunlari, el remero llega por fin a sus fechas más esperadas. El esfuerzo de diez meses de trabajo, el hambre pasado para estar en el peso ideal o los palos sufridos durante el año quedan en un segundo plano cuando llega el primer domingo del mes. El gran día. La Bandera de La Concha es el deseo de todo bogador. Estar es un sueño, ganar el colofón. La bahía donostiarra se vuelve multicolor con la llegada de esta cita. Colores clásicos que esperan añadir otra vez más la bandera más prestigiosa a su palmarés o colores no vistos en mucho tiempo que viven con ilusión su regreso histórico. 16 traineras, ocho masculinas y ocho femeninas, pelearán en las aguas de Donostia desde hoy a las 11.00 horas. Cada una de ellas con su propia historia y unos objetivos marcados. Sin embargo en el horizonte solo hay un anhelo, celebrar el segundo domingo con su afición el título más preciado.

La gran cantidad de candidatos que ha habido en cada regata de la temporada vuelve a repetirse en la Bandera de La Concha. Con la Eusko Label Liga sentenciada en favor de Orio, la cita donostiarra es la última bala para muchas tripulaciones. La posibilidad de convertir un mal curso en un año para el recuerdo. Es el gran objetivo y todas las tripulaciones afinan su preparación pensando en estas fechas. El tradicional duelo de las últimas temporadas entre Urdaibai y Hondarribia quedó en el pasado. El remo vive un nuevo escenario aunque los hondarribitarras siguen metidos de lleno en la pelea por cada trapo. No así la Bou Bizkaia. La Bandera de La Concha es la su esperanza para arreglar un curso que nació torcido y viajó con síntomas de recuperación aislados, pero el gen competitivo de los bermeotarras es razón suficiente para no descartarles del todo.

Aunque el favoritismo mirará más a Orio después de la Eusko Label Liga realizada. Virtualmente campeones de la Corona, la Bandera de La Concha es la oportunidad para completar su temporada histórica. En sus tostas hay mucha calidad y la regularidad mostrada es uno de sus principales avales para optar a la Bandera de La Concha. Uno de sus principales rivales puede ser Santurtzi. La Sotera vive su año de resurrección. Viaje al pasado y vuelta a la época de éxito. Los santur-tziarras llevaban muchos años sin vivir una victoria ante las mejores tripulaciones y consiguieron ganar dos banderas de la liga y el Campeonato de España. Ahora, en la cita donostiarra quieren continuar con esa racha y bogarán con una tripulación llena de remeros experimentados y que conocen perfectamente lo que es estar en esta situación.

La Bandera de La Concha tiene a sus favoritos, pero también sus incógnitas. Orio, Hondarribia y Santurtzi parecen un peldaño por encima del resto de clubes. Sin embargo, el nivel visto en las últimas fechas hace aumentar las posibilidades de que una trainera se salga de este guion. Zierbena no está en su mejor momento y en popare no da con la tecla. Sin embargo, el curso pasado los galipos llegaron en una situación similar y se quedaron a centésimas de la bandera. Tampoco hay que descartar a Donostiarra y el impulso que le de su condición de anfitrión ni hay Ondarroa. La Antiguako Ama fue la protagonista de la clasificatoria al entrar con el mejor tiempo. Su rendimiento habitual le pone por debajo de sus principales rivales, pero está claro que fue la primera en golpear.

Las condiciones climatológicas también tendrán su efecto. Se esperan olas de más de un metro y un viento no muy fuerte, cercano a los diez kilómetros por hora, pero que irá en aumento con el paso del día. La influencia de las corrientes también tendrá su peso debido a que habrá un coeficiente de marea muy alto y los patrones tendrán una responsabilidad importante a la hora de escoger los mejores rumbos. Mientras, la bajamar será a las 12.30 horas. Estas características hicieron que los técnicos y deportistas que vieron como su embarcación iba a bogar en la primera tanda salieran contentos del sorteo vivido tras la clasificatoria. El mar apuntó a darles una pequeña ventaja, algo que puede ser vital en una Bandera de La Concha que apunta a ser decidida por un estrecho margen.