EN Orio el remo es una forma de vida. Es un deporte que se vive durante todo el año y no solo en la época estival, cuando las embarcaciones compiten por el Cantábrico. En este escenario, era casi una obligación que una trainera saliera a escena dispuesta a pelear por las banderas. Fue un proyecto cocinado a fuego lento, sin prisas excesivas. Cantera como seña y progresión constante. En las últimas temporadas, la Txiki dio un salto de calidad y empezó a competir en la Liga Euskotren. Lo hizo en una segunda línea, mejorando en cada regata y esperando su oportunidad. Y este curso llegó la explosión. Orio dominó la competición desde la primera palada y, a falta de dos jornadas para concluir la liga, las guipuzcoanas se proclamaron campeonas matemáticamente y certificaron el primer título liguero en la historia del club aguilucho.

Han ganado once de las doce regatas. Ese es el balance de Orio en esta temporada. Dominio absoluto en el agua y las celebraciones en el ayuntamiento de la localidad empiezan a ser una costumbre semanal. La calidad en sus tostas era evidente y su favoritismo, también, pero ni su propio entrenador, Xanti Zabaleta, se esperaba un camino decorado por tantas banderas: “Es cierto que el año pasado anduvimos en el segundo puesto y marcando una tendencia hacia arriba, pero nunca llegas a pensar que puedes dominar tanto como esta temporada”. Además, Orio no se conformó con el rendimiento mostrado en las primeras citas. Siempre quiso más: aumentar la velocidad y sumar más segundos con respecto a sus perseguidoras. “Hemos trabajado muy duro. Al principio de la temporada estábamos todos en tablas y, a medida que ha avanzado el verano, hemos conseguido definir un poco más la tripulación y los pequeños detalles”, añade.

La reconstrucción de San Juan -ganador de las cinco ligas anteriores-, que decidió salir en la Liga ETE, colocó a Orio la vitola de máximo favorito al título. Fue segundo en la edición anterior y los refuerzos llegados eran remeras de garantías. Esa etiqueta fue una de las primeras dificultades con las que se encontró el grupo al inicio de la campaña. “Desde fuera parece que lo gestionamos fácil, pero no es así. Esto genera mucha ansiedad y eso es uno de los principales enemigos en un deporte de equipo y sincronización”, cuenta Zabaleta. Las oriotarras decidieron centrarse exclusivamente en su propio trabajo. A base de objetivos a corto plazo, de ir a regata a regata, consiguieron confirmar los pronósticos.

Las oriotarras eran favoritas, pero, al mismo tiempo, novatas. Ganar banderas era algo nuevo para muchas de ellas y nunca se habían visto en una situación similar. Lejos de resultar un déficit, la inexperiencia se convirtió en ambición. “El 95% de la tripulación nunca había estado en este nivel. Probar esas nuevas mieles nos dio un punto de motivación y nos ayudó a centrar un poco más la cabeza en los objetivos proyectados”, relata Zabaleta. Aunque la ambición no fue la clave de Orio. La fórmula del éxito estuvo en algo más lógico y complicado al mismo tiempo. “Aquí no hay secretos. La clave ha estado en el trabajo, el compromiso y la perseverancia. Tengo que poner un diez al grupo de personas que han estado trabajando conmigo los últimos años. Tanto en los buenos momentos como en los malos, siempre han creído que se podía conseguir”, afirma.

El futuro La Liga Euskotren ya es cosa de Orio. Son las campeonas y este fin de semana recibirán el título en Zarautz. El domingo fue un día de celebración en la localidad guipuzcoana, pero Zabaleta tiene claro que la hora del descanso todavía no ha llegado. Quedan la Bandera de Zarautz y la Bandera de La Concha, los objetivos más deseados. “Seguimos con el buzo puesto. Tenemos ahora la Bandera de Zarautz, una de las perlas del Cantábrico, y a mí, personalmente, me hace mucha ilusión. Me gustaría trasmitir esa sensación al equipo para poder rendir al máximo nivel”, declara el técnico. Para ello una de las claves será mantener el nivel de tensión, algo que el propio Zabaleta considera que “no es fácil”. Sin embargo, el técnico cree en la ambición de sus remeras de cara a un final de temporada con dos grandes retos, que Orio afrontará con la sonrisa y la confianza que da haberse proclamado campeonas de la Liga Euskotren de una manera tan contundente.