LA trayectoria de Pello García de Andoin (Sestao, 1999) viaja a toda velocidad. Solo tres años vividos en la trainera, pero un sinfín de escenarios por donde transcurrir y madurar como patrón a marchas forzadas. Lecciones llegadas en la pelea por lograr banderas y por la siempre tensa situación de salvar una categoría. El sestaoarra debutó con Kaiku hace tres temporadas y este año está siendo el de su consagración. Más regatas como titular y con los galones que dan la experiencia como pequeña ayuda a la hora de patronear a la Bizkaitarra. Situación compartida también por muchos compañeros de generación. García de Andoin es uno de los remeros de la nueva hornada de Kaiku. Ese grupo de jovencísimo bogadores a los que la situación económica del club les hizo dar el salto mucho antes de lo esperado y tras un primer curso complicado, aspiran a crecer desde la tranquilidad que viven en estos momentos.

Kaiku actualmente ocupa la novena posición en la liga y su mirada está puesta en la segunda tanda desde el inicio del curso, sin vivir en ningún momento el nerviosismo de la zona baja. “No tenemos presión y estamos compitiendo con Ondarroa y Cabo para remar en las dos últimas regatas del año. Si no tenemos mala suerte o lo hacemos mal, podemos ganarles porque el trabajo que hemos hecho desde invierno ha sido muy bueno”, explica García de Andoin. Remar en las dos últimas regatas y entrar en la Bandera de La Concha son los principales objetivos de los sestaoarras a estas alturas. Algo que no pasó por su cabeza el curso pasado cuando la situación era mucho más crítica. “Poco a poco logramos salir de ahí abajo, pero el año pasado estábamos con una angustia enorme ya que bajar hubiera sido algo malísimo”, afirma.

En esa segunda temporada, García de Andoin vivió un cambio drástico dentro del equipo. El primer año subió nada más terminar su curso como juvenil. Todo era nuevo y era el más joven del grupo con diferencia. Remó en una trainera de tanda de honor. Pero al año siguiente, la crisis golpeó a Kaiku. Las bajas de remeros se sucedieron y el club tuvo que tirar de la cantera para completar la tripulación. “El primer año me veía como un niño y al siguiente cambió todo porque la mayoría de los compañeros eran de mi edad. Ya me pedían más y era algo que a mí todavía me costaba darlo. Pero al final supe sacar algo de mí con todo lo que había aprendido”, cuenta.

En este curso la situación también está siendo diferente. Otra temporada y otro escenario nuevo por descubrir. Aunque en esta ocasión Kaiku vive en calma y parte de la culpa la tiene la progresión vivida por sus canteranos, entre ellos García de Andoin. “Con respecto a la temporada pasada hay una diferencia enorme. He notado a los remeros de mi generación muy bien y se les ve más tranquilos. El año pasado cada vez que salían era la primera vez y ahora controlan todo un poco más”, describe el patrón sestaoarra, que al igual que sus compañeros también va ganando peso en el equipo y en esta temporada ha remado casi en la mitad de las regatas disputadas.

Aunque hacerse un hueco en la popa de la Bizkaitarra no es cosa sencilla. García de Andoin compite por un puesto con Vicente Carpintero, patrón con mucha más experiencia. “Es un patrón que admiro. Se le ve siempre tranquilo. No como a mí, que a veces me veo inquieto. Cuando salgo en la motora con el entrenador le observo y me fijo mucho en cómo maneja la trainera y que ojo tiene para todo”, reconoce. Más lecciones para una carrera corta pero vivida de forma muy intensa.