LA irrupción de Unai Laso no es fruto de la casualidad. El de Bizkarreta Gerendiain es un pelotari hecho a base de talento y, sobre todo, mucho trabajo. Pulir cada uno de los detalles físicos, técnicos y mentales para vivir en una mejora constante. Este esfuerzo dentro y fuera de la cancha ha quedado traducido en un grandísimo premio, el de su primera final en Primera. Su actuación en el presente Cuatro y Medio está bastante por encima de la realizada en los anteriores y lejanos campeonatos, aquellos que disputó antes de quedarse nueve meses en el dique seco y perderse prácticamente dos temporadas enteras de luchas por las txapelas. Personas de su alrededor destacan que ahora es un pelotari más maduro y pese a que el favorito para la final es el actual campeón, Jokin Altuna, no descartan que Laso pueda dar la sorpresa.

Cada final siempre es especial, pero la primera guarda un recuerdo único. Es la novedad de los días previos, la preparación para llegar a un escenario desconocido y muchas veces los nervios aparecen en ese camino. Aunque este no es el caso de Laso. "Se le ve bastante tranquilo, tampoco le está dando demasiadas vueltas a estar en la final y está muy ilusionado", apunta Jon Mariezkurrena, quien volverá a ejercer de botillero en la lucha por la txapela del próximo domingo. Aunque esa tranquilidad no es compartida por la gente que tiene más cerca y el zaguero de Berriozar reconoce que "está más nervioso su entorno que él".

En esta final, el favoritismo es claro para Jokin Altuna. El amezketarra cuenta con el aval de la experiencia, pero en los enfrentamientos directos de los últimos meses la igualdad y la dureza se han repetido en cada duelo. "Los partidos que han jugado juntos en todos ha ganado Jokin, pero siempre ha dado la talla", apunta su padre, Txema Laso. También Mariezkurrena cree que el aspirante puede derrotar al campeón: "Le puede dar un susto. Ya hemos visto en todos los enfrentamientos que han tenido que han sido duros. Han caído todos del lado de Jokin, pero eso quiere decir que un día u otro puede caer para Unai y qué mejor que sea la final".

Laso se ha ganado esta posibilidad gracias a su buen hacer en los partidos y también en cada entrenamiento. Mucho trabajo en la sombra para poder llegar hasta esta final. "Es un pelotari que entrenando lo da todo y nunca pone ninguna pega. A la hora de entrenar es una maravilla hacerlo con él", comenta Pablo Berasaluze, técnico de Baiko. El berriztarra estuvo mucho con él en sus primeros meses como profesional y destaca la madurez que ha mostrado en este último campeonato y tras su regreso al profesionalismo. "Lo que más destacaría es que ha vuelto más tranquilo, más veterano. Sabe mejor qué hacer en cada momento y no pierde pelotas tontas. Antes igual sí que perdía pelotas más claras, pero ahora ha vuelto como un pelotari más curtido", añade.

sin prisa pero sin pausa

Aunque está evolución no es una sorpresa para las personas que están cerca de Unai Laso. Su potencial era claro desde los primeros meses en el campo profesional y su explosión era cosa de tiempo. "Hoy en día todo el mundo quiere que los pelotaris debuten y estén en poco tiempo para jugar con los mejores. Eso es difícil. La mayoría de los que tienen buena proyección necesitan unos años para estar ahí arriba. Nosotros tenemos pelotaris muy buenos pero les hace falta tiempo", analiza Berasaluze. En el caso concreto de Laso, sus actuaciones en los últimos campeonatos que disputó dejaron claro que su momento se acercaba. "Se veía que Unai tenía potencial de sobra para estar entre los mejores. Estaba en las semifinales del Parejas con Albisu, había llegado a las semifinales del Cuatro y Medio y creo que ese año fue el mejor delantero de Baiko, pero por una cosa u otra se quedó fuera. Aun así, lo difícil es lo que ha hecho ahora. Volver y hacerlo un escalón o dos más arriba del que estaba", afirma Mariezkurrena. Promesa convertida en realidad y ahora, a las puertas de su primera final, Laso aspira a mantener el nivel y no bajarse de la cima.

En este regreso tiene mucha culpa el trabajo que realizó Laso durante los nueve meses que estuvo fuera del profesionalismo y todo lo que vivió en esa etapa. "Lo que no te mata te hace más fuerte y eso es lo que ha pasado. Ha madurado en nueve meses lo que en condiciones normales se hace en tres años o cuatro", comenta Txema Laso. En este periodo, el delantero de Bizkarreta Gerendiain no quiso tirar la toalla y comenzó a entrenar con el club de Huarte, en el que también participa su padre: "Tenemos un grupo bueno y ahí entrenaron Mariezkurrena y él. Con pelotas más bajas que las que se juegan en profesionales hicimos buenos entrenamientos y luego jugaron juntos el campeonato de Nafarroa y quedaron campeones". Pero no solo cambiaron sus entrenamientos, también lo hicieron muchos de sus hábitos. "Cambió de preparador físico porque notaba que tenía que hacer cambios en su vida, y también se emancipó. Fue un momento en el que su vida había cambiado mucho y decidió que tenía que coger las riendas. Todo eso le hizo más fuerte", añade Txema Laso.

Esa etapa unió aún más a Laso y Mariezkurrena. "Ya teníamos muy buena relación antes de pasar eso, pero esta anécdota, por llamarlo de alguna manera, nos unió mucho más. Estábamos los dos y Iosu y Víctor en la misma situación e hicimos más relación todos", recuerda el de Berriozar. Ahora, ambos vivirán la final del Cuatro y Medio juntos. Laso lo hará desde la cancha y Mariezkurrena desde la silla, soñando con una txapela muy deseada: "Este campeonato lo estoy viviendo casi como si fuera mío y en el partido me pongo muy nervioso. Ganar una txapela en profesionales lo hacen muy pocos y estar cerca siempre te hace mejor pelotari. Unai se está haciendo un hueco ahí y creo que la txapela supondría callar la boca a mucha gente. Ahí se verá el nivel que ha adquirido estos meses y el nivel que puede adquirir".

"Lo difícil es lo que ha hecho ahora. Volver un escalón o dos más arriba del que estaba"

Botillero y zaguero de Baiko

"Es un pelotari que da todo y a la hora de entrenar es una maravilla hacerlo con él"

Técnico de Baiko

"Ha madurado en nueve meses lo que normalmente se hace en tres años o cuatro"

Padre de Unai