¿Qué le parece el Bilbao Triathlon?

—Es una prueba de la que había oído hablar, de su buena organización y en una ciudad como Bilbao. Tenía muchas ganas de hacerla. Además es en el centro. Hice el circuito el jueves y el único problema que veo es la climatología, que será adversa.

¿En qué estado de forma llega?

—En este año tan raro que estamos teniendo, me lo tomo un poco con calma. Poco a poco he ido cogiendo la forma porque parecía que se disputarían algunas carreras y en las que he corrido he estado bastante bien. En un año tan raro como este tampoco interesa estar súper al cien por cien, como si hubiera unos Juegos, porque tampoco tiene sentido. Estoy bien y espero hacer una buena carrera.

¿Qué le hace mantener esa ilusión por competir al máximo después de haber ganado tanto?

—Sigo teniendo ilusión por los grandes objetivos. Este año mi objetivo eran los Juegos Olímpicos y se pospusieron, pero sigo motivado, me gusta entrenar y al final es mi trabajo. Cuando nos toca afrontar una situación como la que estamos viviendo, lógicamente no estás tan motivado o es un poco más difícil hacer todo, pero no deja de ser mi trabajo e intento hacerlo lo mejor posible.

Esa capacidad de superación es lo que marca su carrera.

—Tienes que sobreponerte a momentos difíciles y marcarte objetivos en la vida, sea lo que sea. Hay que tener una motivación por lo que luchar y trabajar, eso es lo que te mantiene y hace sacar lo mejor de ti mismo. Este año se ha tenido que posponer un poco todo pero sigo pensando que sí que habrá pruebas importantes y hay que seguir concentrado y mantenerse motivado.

¿Afrontará los Juegos Olímpicos con el oro en mente?

—Sí, claro. Mi objetivo desde hace muchos años es ganar en todas las carreras que salgo. A veces lo consigo y a veces no. También soy consciente de que es muy difícil ya que es una carrera de un día. Pero hay que tener esa ilusión. Si quiero ganar el oro, lo primero que tengo que hacer es pensar en mí mismo y luego ya se verá.

¿Se imaginaba llegar a estas metas cuando comenzó en el triatlón?

—No, desde luego que no. He conseguido mucho más de lo que podía soñar cuando empezada. Tampoco es que tuviera grandes ambiciones. Iba año a año, mejorando poco a poco y cada vez iba viéndome mejor. Tampoco soy de los que de pequeño decía que quería ser campeón del mundo. Mi nivel fue subiendo y llegó un momento que sí que me lo planteé.

De no pensar en campeonatos del mundo a ganar cinco...

—Sí que he sido muy realista y he ido paso a paso. Antes de ser campeón del mundo intenté ser campeón de Galicia, de España, de Europa… ha sido un proceso de mejora y aprendizaje largo que ha concluido siendo el mejor del mundo en mi deporte y es algo que me hace sentir muy orgulloso.

¿Cuál es la clave para recorrer este camino?

—No hay una clave, es un compendio de muchas cosas. Se tienen que dar muchos factores y tiene que gustarte mucho lo que haces, entrenar y también sufrir. Hay que ser capaz de sobreponerse a un montón de malos momentos que aparecen por el camino. También hay que tener ciertas condiciones físicas para el deporte que no todo el mundo las tiene, pero solo con eso no es suficiente. Hace falta mucho trabajo y sobreponerse a los obstáculos que normalmente se cargan a muchos atletas con muy buena proyección y que quizás no tienen esa fuerza mental para seguir adelante.