Hace solo dos meses que el golf regresó del confinamiento y ya están aquí los play-offs de la FedEx Cup, tres citas en semanas consecutivas en las que se decidirá el campeón del PGA Tour. La temporada comenzó en septiembre del año pasado, pero el coronavirus recortó el número de torneos y así nombres importantes no han tenido tiempo de sumar los puntos necesarios y se han quedado fuera y otros más modestos han aprovechado las rentas que lograron antes de la pandemia y se han colado al menos en The Northern Trust que arranca hoy en el TPC Boston con los 124 mejores jugadores de la temporada ya que a última hora se ha caído Brooks Koepka por lesión, lo que hace que acabe ya su temporada.

Entre ellos está Jon Rahm, que como el año pasado llega como décimo clasificado y con un extra de medio millón de dólares. Solo el de Barrika, Justin Thomas, Webb Simpson y Rory McIlroy, que defiende la corona lograda el año pasado en el circuito estadounidense, repiten presencia en el Top 10, lo que subraya una vez más la regularidad de Rahm. Además, se presenta en Boston como número 1 del mundo, una posición que vuelve a estar en disputa en un torneo que reúne el mayor número de puntos para el ranking de siempre en un torneo regular. El vizcaino suma ya cuatro semanas en la cima y, aunque tiene la motivación intacta, su mirada apunta a otro lado. Por si acaso, ha vuelto a repetir que prefiere “ganar un major a la FedEx Cup”, sobre todo teniendo en cuenta que tras estos tres torneos llegará el US Open. “Cambio todo lo que he hecho hasta ahora por un major”, dice convencido.

Tras el decimotercer puesto en el PGA Championship y las buenas sensaciones que le dejó su juego el fin de semana en Harding Park, sobre todo desde el tee, Jon Rahm se recluyó en su casa de Scottsdale más que nada para evitar el tremendo calor que hace estas semanas en Arizona. Allí ha seguido ajustando su juego y ha hecho trabajo de gimnasio sin forzar demasiado porque “es importante descansar para estas semanas que vienen por delante y no había nada especial que hacer”.

En el US Open ha puesto el barrikoztarra el límite de su calendario hasta ahora. Después, tomará decisiones en función de la evolución de la pandemia, pero ya advirtió en la rueda de prensa previa en The Northern Trust que ve complicado jugar este año en el circuito europeo, pese a que sea el actual campeón. Quiere disputar algún torneo del PGA Tour antes de acabar 2020 y las circunstancias no ayudan a cruzar el océano. “Volar es complicado y llevar diez horas la mascarilla puesta no es algo que me resulte agradable”, aseguró. De hecho, confesó que su máxima preocupación es que “no sé si voy a poder ir a ver a mi familia en Navidad. Si la elección es jugar a golf o ver a mi familia, no voy a jugar a golf”.

Jon Rahm jugará hoy y mañana con Xander Schauffele y Lanto Griffin para arrancar un torneo que le trae buenos recuerdos ya que fue tercero en 2017 y 2019, aunque en campos distintos. El año pasado estuvo cerca del triunfo que se llevó Patrick Reed en un gran sprint final. En el TPC Boston ya cuenta también con un tercer puesto en 2017 cuando se disputaba allí el Dell Technologies. El vizcaino buscará estas dos semanas mejorar ese décimo puesto general para llegar con opciones al Tour Championship de Atlanta donde se decidirá el ganador de la FedEx Cup.