El martes, en plena crisis por la pandemia del coronavirus covid-19, el Comité Olímpico Internacional destacó que "aún" no era "necesario" tomar "medidas drásticas" sobre una posible suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio, previstos para el presente verano. Pues bien, ayer, el Comité Olímpico de Grecia y los organizadores del evento japonés se citaron en la tradicional entrega de la antorcha a los anfitriones a puerta cerrada, sin presencia de público en el Estadio Panatenaico de Atenas. Solo estuvieron una pequeña delegación de Japón, los portadores de la antorcha y Spyros Kapralos, presidente del Comité heleno. Con todo, los representantes del COI reiteraron la intención de que los Juegos Olímpicos continúen en pie en las fechas previstas, a pesar de que muchas pruebas clasificatorias para la cita estén siendo cancelados por la pandemia.

La actriz Xanthi Georgiou, en el papel de Gran Sacerdortisa de Olimpia, se encargó de iniciar el camino de la antorcha. El gimnasta Elefterios Petrunias y la saltadora de pértiga Katerina Stefanidi, campeones europeos, mundiales y olímpicos en sus deportes, recibieron el relevo y la atleta prendió el pebetero. La representante japonesa, la nadadora Naoko Imoto, finalizó el ritual al recibir el testigo ardiente, que sale de Grecia y pone rumbo a Tokio.

"La luz del olimpismo es una gran oportunidad para destacar los lazos entre ambos países", manifestó Spyros Kapralos en el evento y apostilló que "esperemos que el espíritu de la llama olímpica nos ayude a derrotar a este enemigo". Yoshiro Mori, presidente del comité japonés, tomó la palabra mediante un vídeo, en el que agradeció al Gobierno griego y a sus homólogos helenos la puesta de largo del ritual "a pesar de las dificultades".

El COI mantiene los Juegos y se está trabajando para cambiar los torneos clasificatorios e, incluso, ampliar el número de invitaciones. Solo el 57% de los participantes han superado las pruebas de entrada.