bilbao - Jon Rahm ha sufrido un frenazo brusco en una temporada que estaba siendo notable. Justo después de lograr su primera victoria del año en el Zurich Classic de Nueva Orleans formando pareja con Ryan Palmer, el golfista de Barrika se ha quedado fuera del corte en dos torneos consecutivos, el PGA Championship y el Charles Schwab Challenge de Fort Worth, algo que solo le había ocurrido antes una vez en su carrera: fue en 2017 cuando se perdió el fin de semana de The Memorial y del US Open.

Ni siquiera pudo Rahm lucir esta semana en el Colonial Country Club, un campo que le gusta y donde recibió dos años seguidos el trofeo Ben Hogan al mejor jugador amateur. El golf no perdona los errores y el vizcaino cometió demasiados en sus dos últimos torneos, sobre todo desde el tee de salida. Durante unos días, el drive, su mejor golpe, le abandonó, se desvió de la línea recta más de lo recomendable y la consecuencia fue marcharse a casa antes de tiempo por octava y novena vez desde que es profesional y romper la racha de Top 10 que acumulaba, ocho desde que empezó el curso en el Sentry Tournament.

Conociendo su espíritu crítico y analítico, Jon Rahm no se tomará estas dos semanas de descanso total ya que estará tratando de encontrar las razones técnicas de este repentino desajuste en su principal arma y trabajando de cara a la siguiente cita que será el US Open, el tercer major del año, que recala entre el 13 y el 16 de junio en Pebble Beach, un campo en el que fue quinto hace un par de años. Sus ganas de tomarse la revancha tendrán, además, doble motivo porque en las dos participaciones anteriores en el US Open, en Erin Hills y en Shinnecock Hills, no logró pasar el corte.

Después del major, saltará por primera vez al Circuito Europeo donde tiene programada res citas: del 27 al 30 de junio, el Valderrama Masters; del 4 al 7 de julio, el Irish Open; y del 18 al 21 de julio, el British Open en Royal Portrush, donde se cerrará la serie de grandes.