Aún estaba fresco el desastre de Estados Unidos en el Mundial del año pasado –para EE. UU. todo lo que no es conquistar el oro es sinónimo de debacle, más aún cuando el puesto final, cuarto, no da ni siquiera derecho a medalla– cuando Shams Charania, uno de los insiders más prestigiosos del universo NBA anunciaba la intención de LeBron James de capitanear una selección de grandes estrellas de cara a recuperar el metal mas preciado en los Juegos Olímpicos de París’24. Un día después de perder el partido por el tercer y cuarto puesto contra Canadá –fueron apeados de la final por Alemania, posterior campeón– con una selección notable, pero sin las grandes estrellas de la NBA, Charania anunciaba en The Athletic que tanto gloriosos veteranos como Kevin Durant, Stephen Curry o Anthony Davis como estrellas en su apogeo como Jayson Tatum o Devin Booker habían aceptado ya el guante lanzado por LeBron. Así, apelando a las ganas de revancha, fue calando en el ideario colectivo el apelativo de The Avengers –Los Vengadores, en alusión al grupo de superhéroes de Marvel–, utilizado por los propios jugadores, al tiempo que aparecían las comparaciones con el genuino y único Dream Team, el de Barcelona’92 liderado por los inigualables Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird, cuando se supo la relación definitiva de jugadores a las órdenes de Steve Kerr.
Superhéroes o grandes estrellas de carne y hueso, comparables o no con el considerado mejor equipo jamás ensamblado en la historia de este deporte –uno por uno, el potencial entre ambos conjuntos podría no estar muy lejos aunque el contexto global del baloncesto ha cambiado tanto que tratar de equiparar ambos grupos carece de sentido–, lo cierto es que Estados Unidos desembarca en París como gran favorito a llevarse su quinto oro olímpico consecutivo pero sin trazas de ser un equipo inalcanzable. No compite contra la historia, sino contra un puñado de rivales magníficamente armados. El Dream Team original ganó sus partidos por 44 puntos de media en un camino en el que solo encontró nueve jugadores de la NBA entre las selecciones rivales. En París le esperan la friolera de 61, muchos de ellos grandes estrellas de la mejor liga del planeta, cuyos seis últimos MVPs han nacido fuera de EE. UU. y que no ve un mejor quinteto con mayoría de jugadores estadounidenses desde el curso 2019-20.
Un equipo formado por Stephen Curry, Jrue Holiday, Derrick White, Tyrese Haliburton, Devin Booker, Jayson Tatum, Kevin Durant –baja en los amistosos por problemas en un gemelo, es el gran quebradero de cabeza de Kerr–, Anthony Edwards, LeBron James, Anthony Davis, Joel Embiid y Bam Adebayo debería tenerlo todo para arrasar. En defensa y en ataque. Por dentro y por fuera. Sin embargo, los choques de preparación han demostrado que si no ponen toda la carne en el asador son, al menos, tuteables, que las bravuconadas de Durant en el arranque de la concentración diciendo que quería “victorias por 40 o 50 puntos” exigirán la perfección para convertirse en realidad. LeBron tuvo que dar un paso al frente para asegurar los triunfos ante Sudán del Sur (100-101) y Alemania (92-88) y Australia también les dio problemas (98-92). Si dominan el rebote y pueden galopar y no racanean en defensa, pueden ser temibles. Si se atascan en los ataques en estático, no les entran los triples y se relajan en exceso atrás... Peligro.
En su propio Grupo C, tendrán que verse las caras con la Serbia de Nikola Jokic, actual MVP de la NBA, a la que arrollaron (105-79) en la fase de preparación, Puerto Rico y Sudán del Sur. Su mayor peligró partirá probablemente del Grupo A, con Canadá juntando por fin a gran parte de sus estrellas a las órdenes del catalán Jordi Fernández. Un equipo con Jamal Murray, Shai Gilgeous-Alexander, R.J. Barrett, Dillon Brooks y Luguentz Dort en el perímetro aspira a todo, aunque primero tendrá que medirse a Australia, plagada también de jugadores de la NBA, la Grecia de Giannis Antetokounmpo y España, siempre competitiva pese a la pérdida de las grandes estrellas y ahora liderada por Lorenzo Brown, Willy Hernangómez y Santi Aldama, con Rudy Fernández haciendo historia al jugar sus sextos Juegos. Y desde el Grupo B amenazan Alemania, campeona del mundo, Francia y su temible juego interior con Victor Wembanyama y Rudy Gobert, Japón y Brasil. El balón se lanzará al aire el sábado y Los Vengadores partirán como claros favoritos, pero en absoluto con la vitola de intocables.