El España-Francia fue un partido singular para Aymeric Laporte (Agen, 1994) y se notó. No solo porque era la semifinal de una Eurocopa, sino porque encima era ante Francia. Su exselección. Y es que el central del Al-Nassr saudí goza de una peculiaridad que muy pocos jugadores han disfrutado: haber representado a dos estados diferentes. Así, antes de que en 2021 Luis Enrique le llamara por primera vez para el combinado absoluto de España y que además le convirtiera en el único jugador estatal de campo que disputó todos los minutos de la pasada Eurocopa, antes de todo eso, Laporte defendió los colores de Francia. Lo hizo 51 veces, pero todas en categorías inferiores.

Pasó por la sub’17, la sub’18, la sub’19 y hasta fue capitán en la sub’21. Allí coincidió con seis rivales de ayer: Dembélé, Rabiot, Coman, Pavard, Maignan y Areola. Antes compañeros. Sin embargo, el verdadero morbo era su reencuentro con Deschamps. El entrenador que entre 2016 y 2017 le convocó tres veces para la absoluta francesa y que, sin embargo, en ninguna le hizo debutar. El seleccionador galo afirmó en la previa de las semifinales haber pasado página, estar “muy feliz por Laporte” y no tenerle “ningún tipo de rencor porque haya elegido jugar con España”.

Sin embargo, el central del Al-Nassr siempre sostuvo que Deschamps no terminaba de alinearle primero y llamarle después por “razones personales”. Así, aunque suele decirse que el tiempo cura todas las heridas, en el partido de ayer Laporte tenía cuentas pendientes. Algo así como una tensión no resuelta. Y se notó. Solo así se explica cómo un central de su nivel se coma el amago de Kolo Muani en el primer gol de Francia. El delantero del PSG solo necesitó dar un paso adelante y otro hacia atrás para marear al defensa estatal, quedarse solo en el área pequeña y mandar a la red un centro de Mbappé. Fue probablemente uno de los cabezazos más fáciles de la Eurocopa.

De esta forma, era el minuto 8, los de Deschamps se ponían por delante en el marcador y todas las cámaras de televisión le enfocaban a Laporte. El llamado plano acusador. Su falló no tardó en hacerse viral, de hecho lo fue antes de que Lamine Yamal hiciera el empate en el 21 y muchos seguidores sacaron a relucir su pasado galo y su pasaporte francés. Fue la excusa para enjuiciar a un futbolista al que se tildó de “espía” e “infiltrado”.

Laporte lo dio todo... y se dejó hasta la nariz

Afortunadamente el gol de Dani Olmo calmó los ánimos, en redes y sobre el césped del Allianz Arena; y Laporte fue de menos a más. Cerró el espacio aéreo de Unai Simón ante los centros laterales de Mbappé y Dembélé, se afanó en el corte de balones peligrosos y estuvo muy generoso en las coberturas a un Cucurella que sufrió la ira de la grada alemana, de un Nacho que ayer sustituyó al sancionado Robin Le Normand y de un Vivian que salió a la hora. Con el central del Athletic mostró una buena sintonía, llenando de ilusión a los aficionados rojiblancos que le piden a la Junta de Jon Uriarte su fichaje.

Laporte lo dio todo, incluso la integridad física dejándose la nariz en un choque con Giroud. Pero es que además el central del Al-Nassr se atrevió en ataque y en varias ocasiones rompió la primera línea de presión francesa con algunas conducciones levantaron los aplausos de Luis de la Fuente. Pero no de Deschamps.